La temporada pasada terminó con 
        Garitano
    y la dirección deportiva pidiéndole a 
        Aduriz
    que prorrogase un añito más su retirada. Mensaje encriptado, aviso para navegantes que no gozaron con la confianza del técnico desde el principio. La nueva campaña, con Garitano desde el verano a los mandos, comenzó con 
        Williams
    de nueve. Nada nuevo, nada que cambiar. Se podía deducir que por números goleadores y por confianza del cuerpo técnico el bilbaíno el ’sucesor’. Pero no.
		
	
	
Una mala racha en octubre obligó a Garitano a cambiar algunos de sus planes, sobre todo en ataque, donde el equipo continuaba atascado. No bastaba con mover a 
        Muniain 
    a la mediapunta, su cambio obligaba a mover más piezas de sitio. 
        Raúl García
    el primero.
Sin Aduriz para grandes faenas, con la confianza justa para buscar en 
        Kodro o Villalibre 
    las respuestas a una crisis goleadora con años de trayectoria en una plantilla de presupuesto excesivamente histórico; o escorabas a Raúl a banda o recogías cable con tu apuesta por el nueve para el nueve. Eran, son, unos cuantos candidatos para el puesto y al final te llevas el premio apostando por uno falso al que dar aire con cambios en las segundas partes y mucha movilidad. ¿Volverá a ser Williams el nueve referencia o ya solo para momentos muy puntuales? ‘Chi lo sa!’
