El debut de Stephen Curry y los Golden State Warriors fue lejos del soñado por los jugadores, los técnicos y los aficionados de la franquicia de la Bahía. Steve Kerr, nada más terminar el partido, fue tajante sobre lo visto encima de la pista:
“No me gustó nuestro nivel competitivo. Simplemente sentí que estábamos completamente fuera del partido… Ron Adams dijo en el descanso que llevaban 23 puntos en jugadas de uno contra uno. Sentí que estábamos pasando”, criticó el entrenador.
Con el partido sentenciado, las cámaras apuntaron a un Stephen Curry visiblemente contrariado por el rendimiento de su equipo. En su retorno a la competición tras su breve aparición en cinco partidos del curso pasado, el base no marcó las diferencias como tiene acostumbrados a los aficionados.
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Curry anotó 20 puntos y repartió 10 asistencias, pero falló más de habitual en el tiro: 2 de 10 en triples. Además se encontró sin nadie con quien compartir la responsabilidad de navegar el barco de unos Warriors que, evidentemente, necesitan más minutos de rodaje para encajar todas sus nuevas piezas.
“No vamos a quemarlo todo, estamos en fase de conservar lo que hemos visto hoy. Tenemos mucho que aprender, y esto es solo el principio de una larga temporada, y eso lo sabemos reconocer”, concluyó Kerr sobre la nefasta versión de su equipo.
La única nota positiva del debut de Golden State fue James Wiseman, que acabó con 19 puntos y buenas sensaciones a pesar de la debacle coral de los Warriors.
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