José Barba, co-mandatario legal del caso de abuso ante el Vaticano, dijo en una entrevista en Aristegui En Vivo, que hace 25 años se reveló lo que no se sabía acerca de Marcial Maciel y hoy se habla de las reacciones “injustas, indebidas e incumplidas” del Vaticano con respecto al caso del sacerdote mexicano.
Durante la entrevista, Barba aseguró que Marcial Maciel intentaba acceder a personas que tuvieran misas privadas con Juan Pablo II y se entregaban 50 mil dólares como una especie de donativo.
Asimismo, destacó que Pironio fue colmado de regalos y arreglos personales por parte de los Legionarios de Cristo. “¿Si alguien toma dinero de gente perversa la santidad personal de esa persona trasciende ese hecho?”, cuestionó al referirse a las conclusiones de Berry en su artículo.
También señaló que Fernando Berges, miembro de los legionarios, fue el Secretario particular de Pinorio, y que Marcial Maciel, “por intereses personales”, colocó a Berges al servicio del Vaticano. Además mencionó que el miembro de los legionarios subió rápidamente en la jerarquía clerical y que, actualmente, es obispo en el Vaticano.
El doctor en Filosofía y Letras expresó que mucha gente está desconcertada por las declaraciones del Papa Francisco. “Es un misterio cómo una institución como la Legión de Cristo sigue adelante a pesar de las revelaciones”, manifestó José Barba.
“Es una historia de desilusión, de engaño, de frustración y de reclamo ante el descubrimiento que durante tantos años ha seguido”, declaró.
Barba expresó que, según su experiencia, el poder en el Vaticano consiste en los contactos establecidos. Y en el caso de Maciel, “hubo sexo y dinero de por medio”.
Como contexto, en un artículo publicado por el National Catholic Reporter (NCR), el investigador Jason Berry critica el proceso de beatificación póstuma del Cardenal argentino Eduardo Pironio por parte del Vaticano, luego de que el 18 de febrero el Papa Francisco le atribuyera la cualidad de “venerable”.
Asimismo, asegura que el prelado, fallecido en 1998, recibió dinero del jefe de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado, con el fin de tener su apoyo político.
En 2010, NCR realizó una serie de publicaciones donde revelaba la estrategia del sacerdote Marcial Maciel para encubrir su vida sexual. Según la fuente, Maciel se dedicaba a “premiar” económicamente a figuras importantes en el Vaticano como en el caso de Eduardo Pironio que, en 1983, brindó apoyo para asegurar la aprobación papal de las constituciones de los Legionarios de Cristo. Estas constituciones incluían votos privados con los que se prometía nunca hablar mal del fundador, y otros superiores de los legionarios.
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