Carla Vigo, sobrina de la reina Letizia, afirma que su madre “estaría orgullosa” de su vocación de actriz


Carla Vigo apenas tenía seis años cuando vivió la muerte de su madre, Érika Ortiz. Aquel suceso, ocurrido en febrero de 2007, hace ya 15 años, se convirtió en el episodio más difícil de su vida, la marcó y la sigue marcando, porque como ha explicado en más de una ocasión una muerte como esa es un episodio que no se supera. Aquella niña es hoy una joven de 21 años que ha crecido alejada de los focos, pero que ahora los busca, también porque quiere hacerse un hueco como actriz.

De hecho, Vigo ya ha debutado en el teatro, en concreto de la mano de Rafael Amargo, con quien está llevando a las tablas la obra Yerma, una adaptación del clásico de Federico García Lorca. Ahora, en una entrevista que ha concedido en exclusiva a la revista Lecturas, la joven ha hablado de cómo cree que viviría su madre esa vocación. “Como mi madre también trabajaba en el teatro y había hecho cosas con Tamara Rojo, creo que estaría orgullosa”, asegura. Carla Vigo se refiere a que su madre, licenciada en Bellas Artes, formó parte del equipo que diseñó el vestuario, en el año 2005, de la obra Blancanieves, interpretada por Rojo con música de Emilio Aragón. También explica que, como no, el recuerdo de Erika Ortiz estuvo muy presente en ella cuando estrenó la obra.

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En la charla, Carla Vigo también explica cómo se enteró de que la muerte de su madre se había tratado de un suicidio cuando era más mayor y ya habían pasado años desde su fallecimiento. “Me lo dijeron en casa, también lo leía fuera, tendría unos 12 años. Pasé unos días muy enfadada con mi familia por no habérmelo contado antes”, rememora en la publicación, y también recuerda lo que pensó en ese momento. “No lo entendí muy bien. ¡Qué habría pasado para que ella llegara a ese punto! ¡No te puedes poner en su piel!”, reflexiona.

Además, como ya ha contado en alguna ocasión, sus recuerdos de su madre son escasos, porque solo la conoció hasta los seis años. “Pero los que tengo son muy bonitos. Besos, abrazos… Era tan pequeña yo”, afirma ahora. Tras la muerte de su madre, Ortiz dejó Madrid para irse a vivir a la cercana localidad de Aranjuez con su padre, el escultor Antonio Vigo, que se había separado de Erika Ortiz nueve meses antes de la muerte de esta. Vigo se casó después y tiene otros dos hijos.

Durante su infancia y adolescencia Carla Vigo mantuvo un perfil discreto, pero desde que en 2018 cumplió los 18 años decidió estrenarse en las redes sociales y realizar apariciones en algunos medios de comunicación. Un par de años después empezó a conceder ciertas entrevistas, con el añadido interés de ser sobrina de la actual reina de España. “No acabo de asumirlo, está tan metido en mí que no me siento como ellos. Creo que soy una persona normal”, decía en 2020 sobre su tía materna y el papel institucional que esta asume.

El perfil de Twitter de la incipiente actriz no tiene actividad desde hace cuatro años, pero en el de Instagram acumula más de 29.000 seguidores. En él es relativamente frecuente ver recuerdos y muestras de cariño hacia su difunta madre (”aunque a veces llore, pienso en ti de una forma alegre”) y muestra algunas facetas de su vida profesional y personal, como a su nuevo novio, del que ha explicado que todavía no conoce su tía Letizia.

Hace un año, en otra entrevista, Vigo contaba que no le había sido fácil comprender su propia vida. “Me ha costado asumir quién soy”, desvelaba en la revista Semana. “Si no lo gestionas bien, te puedes volver un poco loca de la cabeza”. De hecho, tras una cierta persecución mediática ella misma pidió un poco de calma. “Vivid y dejad vivir que seréis mucho más felices y tened un poco más de humanidad que seguro que a vosotros no os gustaría ni que se metiesen con vuestro físico o con lo que hacéis con vuestra vida. Nunca sabéis lo que ha podido pasar una persona y cómo se va a tomar los comentarios que hacéis”, escribía en su perfil de Instagram hace unos meses ante las críticas constantes.

Vigo ha mantenido una relación estrecha con la familia de su madre, acudiendo en ocasiones al palacio de La Zarzuela a visitar a su tía y sus primas pequeñas, Leonor y Sofía. Y, aunque ella prefiera hacer pública una parte de su vida, sabe respetar la privacidad que demanda el cargo de su familia materna. De hecho, una vez en Instagram le preguntaron qué posibilidades habría de que ella subiera a sus redes una fotografía con su tía Letizia. La respuesta fue clara: “100% imposible”.




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