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¡Carlos Sainz no puede tomar la salida en el GP de Bélgica de F1!

Si hay algo que da especial sensación de rabia y enfado a un piloto es tener un coche para competir ante sus ojos y no poder subirse a él. Más todavía si el afectado venía de realizar una buena sesión de clasificación y se entera, minutos antes de tomar la salida, de que no podrá ni siquiera competir. Esto es lo que le pasó a Carlos Sainz en el GP de Bélgica de F1 2020. Este domingo, tras una buena ‘qualy’ en la que finalizó séptimo, el madrileño quería librar una bonita batalla con los Renault y los Racing Point por un buen puñado de puntos. Sin embargo, el madrileño se llevó un enorme chasco al ver que su coche sufría un problema en la unidad de potencia que derivó en un contratiempo en el escape cuando ya estaba en el coche, camino de la parrilla de salida. Al volver a boxes, sus mecánicos analizaron la situación pero no pudieron hacer nada para que el español tomara la salida en la carrera de Spa por este fallo en los escapes. La maldición de este inicio de temporada para Carlos continúa.

El ‘55’ no podía creérselo. Hablaba con sus mecánicos en el box ante los problemas de su monoplaza. No se podían solventar, y así, resignado, se iba hacia el asfalto, que este domingo solo pisaría con sus pies, para participar en el homenaje previo a la carrera a Anthoine Hubert. Allí, poco antes de este acto, Carlos se llevaba las manos a la cabeza. Leclerc se acercaba para preguntarle. Kvyat, gran amigo del madrileño, le daba una palmada en la espalda de ánimo. Nada que pudiera consolar a un Sainz al que parece que le hayan echado un mal de ojo.

En las 5 primeras carreras del año, en cada una de ellas, algún problema ajeno a su conducción le hizo perder “muchos, muchísimos puntos”, como bien recordaba en Barcelona el español. “Son puntos tirados a la basura y estos ya no se recuperan”, añadía por aquel entonces. Esperaba que Barcelona significara un punto y a parte en su inicio maldito de temporada y la gran sexta posición que consiguió le llenaba de fuerzas para que así fuera. Pero en la cita posterior, dos semanas después, en Spa, la mala suerte volvió a cebarse con Carlos. Ni si quiera le permitió competir. Una faena, como diría el madrileño.


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