Las fiestas terminan a veces con dolor de cabeza y una aspirina, pero los carnavales dejaron en Cataluña resacas —cuarentenas— de siete días. Los casos por coronavirus se han disparado en las localidades con una especial tradición por el carnaval: Sitges, Vilanova i la Geltrú (Garraf) y Solsona (Solsonès) han triplicado como mínimo el número de positivos detectados entre el 27 de febrero y el 5 de marzo, la semana posterior a las celebraciones. Las cifras pueden aumentar ligeramente en los próximos días, aunque los ayuntamientos descartan una afectación grave en los centros de atención primaria. Estos contagios localizados coinciden con un parón en el descenso de casos en toda Cataluña, según aseguró ayer el grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos (BioCom-SC) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). “Podemos confirmar que los contagios por covid dejaron de bajar durante carnaval, pero no hay un aumento generalizado de casos. Los repuntes se observan en zonas con una fuerte interacción social”. El consejero de Salud de la Generalitat, Josep Maria Argimon, ya admitió la semana pasada que el ritmo del descenso de positivos era más lento de lo esperado.
En Solsona pocos se sorprenden de lo ocurrido. “Aquí, el Carnaval es una de las fiestas más importantes y lo celebramos como se merece”, defiende Blanca P., de 29 años. Los actos principales se realizaron el 26 y el 27 de febrero, y las escuelas cerraron la previa, el 25, y el día posterior, el 28. “Se necesita al menos un día para digerir las fiestas”, ironiza.
La organización montó durante el día actividades para todos los públicos: gincanas y comparsas; antes de que los jóvenes tomaran las calles por la noche. Y entre callejones y conciertos, las mascarillas quedaron en los bolsillos, también en los locales interiores. ¿La consecuencia? El 82% de los nuevos contagios en toda la comarca (en la capital vive el 75% de toda la comarca, y numerosos vecinos de otros municipios visitaron Solsona durante ese fin de semana) tiene menos de 50 años, el porcentaje más alto del último mes en este colectivo. El Solsonès ha pasado de notificar 43 positivos antes del Carnaval a detectar 202 la semana posterior, con un riesgo de rebrote de 6.170 puntos, casi 10 veces más que el de Cataluña (649).
El Ayuntamiento admite que tras la suspensión de la cita del 2021, vecinos y turistas se echaron a la calle con muchas más ganas. “Los casos de ahora son claramente la acción directa del Carnaval”, admite una fuente del Consistorio, que concreta que los servicios médicos no están colapsados. “Al decaer las restricciones y tras quedarse sin Carnaval el año pasado, la gente lo quiso aprovechar”, insiste esta misma fuente, que señala el “gran número” de turistas que visitó el municipio durante todo el fin de semana.
La situación de Solsona se reproduce también en Vilanova y Sitges, dos de los municipios con más tradición por el Carnaval. El repunte localizado, en todo caso, no alarma a la Generalitat. “Estamos en un paradigma nuevo”, argumentó ayer el consejero de Salud, Josep Maria Argimon. “Tenemos muchos casos, más que en la segunda o la tercera ola, pero con poca afectación grave”, dijo en una entrevista en TV3. “Tenemos que normalizar nuestras vidas e ir retirando las mascarillas en los interiores”.
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