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Casado se atrinchera y no cederá en su guerra por el poder con Ayuso

El PP ha entrado en erupción. “Igual que el volcán de La Palma”, ironiza un dirigente popular metido en el fregado. Nadie sabe por cuánto tiempo ni con qué consecuencias. Contra todo pronóstico, en un contexto de luna de miel de la derecha en las encuestas y con los socios de la coalición de Gobierno enredados en una disputa por las reformas tras la pandemia, el principal partido conservador ha implosionado en una guerra fratricida que enfrenta a sus dos principales dirigentes, Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, que para más inri eran amigos y se lo deben casi todo en política el uno al otro.

El líder del PP ha logrado salir de la travesía del desierto gracias al impulso decisivo de la victoria de la presidenta de la Comunidad de Madrid en las elecciones de mayo, mientras que ella llegó a ese puesto como candidata del PP por una apuesta personal de Casado. Todo eso parece haber quedado en el olvido, y los afectos y los puentes han saltado por los aires.

La pelea es por el poder orgánico en Madrid, la presidencia del PP de la comunidad más rica en poder de los conservadores, pero en el trasfondo muchos ven una disputa por el liderazgo simbólico de la derecha y del PP. A pesar de que en el partido cunde el estupor, Casado va a atrincherarse y no cederá en su guerra con Ayuso, transmiten fuentes de Génova. “No se va a dejar presionar”, zanjan en el equipo del líder. El jefe de filas no tiene previsto hacer nada para tratar de frenar la sangría interna que le interpela personalmente.

La sensación generalizada en el PP es de preocupación y de desconcierto. “Esto que está pasando con Ayuso es igual de incomprensible, o más, hacia dentro que hacia fuera”, admite un diputado popular. Oficialmente, la disputa entre Génova y Ayuso es solo por la fecha del congreso del PP de Madrid, que según la dirección nacional debe celebrarse a finales del primer semestre del año que viene, mientras que la presidenta madrileña quiere que sea antes de marzo.

Ayuso argumenta que tiene que ser antes de esa fecha porque ese mes se cumplirán cinco años desde que fue nombrada una dirección del PP de Madrid provisional tras la dimisión de Cristina Cifuentes, un tiempo más que suficiente, según la líder madrileña, para que el partido salga de la transitoriedad (y del control de Génova).

Pero debajo de la disputa de los tiempos está una pelea que ya es a muerte por la presidencia del PP de Madrid. La dirección nacional quiere evitar que Ayuso se haga con el control del partido, y ha pasado de promover la llamada “tercera vía” —es decir, que la dirección del partido la lleve una tercera figura que no sea ni Ayuso ni el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida— a directamente barajar lanzar al regidor con otra lista contra la presidenta.

¿Por qué no puede presidir Ayuso el PP de Madrid?, se preguntan muchos en el partido, incluso en el propio comité de dirección de Casado, donde también hay dudas sobre la estrategia en este conflicto, según las fuentes consultadas. En Génova arguyen que Madrid es diferente, porque hay dos centros de poder, Comunidad y Ayuntamiento, “y cuando hubo concentración de todo el poder en una sola persona, como con Esperanza Aguirre, ya hemos visto lo que pasó”. Lo que pasó fue, aunque no se explicite, un PP carcomido por la corrupción, pero también una lideresa madrileña que amagó con moverle la silla a Mariano Rajoy. Como se sospecha que pudiera hacer Ayuso.

El equipo de Ayuso dispara su fuego contra el número dos de Casado, Teodoro García Egea, como máximo responsable de un conflicto que amenaza con abrir en canal al PP. “El culpable de la situación es quien enturbia la relación con Pablo cuestionando la lealtad de Ayuso, y hablando de sus aspiraciones nacionales, cuando dejó claro en la convención de Valencia que no las tiene”, critica una fuente del PP de Madrid al secretario general.

En el equipo de la presidenta madrileña señalan que “García Egea nunca ha intentado ser interlocutor en esta situación”. “Teodoro tiene obsesión por marcar su autoridad, fruto de su inseguridad, y así perjudica a Pablo, porque le presenta como alguien débil”, sostiene una tercera fuente madrileña. Las filtraciones, acusaciones y zancadillas han llegado tan lejos ya entre unos y otros que muchos en el PP ven la guerra inevitable. La incógnita es si Almeida aceptará ser el candidato de Génova contra Ayuso. El alcalde aún no ha decidido si lo hará porque “no quiere líos” y “prefiere que lo haga una tercera figura”, transmiten en la cúpula.

El trasfondo de la pelea intestina en el seno del PP más patanegra se libra también a dos años vista. Casado tiene una bala para convertirse en presidente del Gobierno, suelen recordar los veteranos en el PP. Según esa tesis, si en las generales de 2023 el líder del PP no consigue gobernar, el partido se alzará para buscar un liderazgo alternativo. Y Ayuso podría ser una posible sucesora. Pero, además, quien controle el PP de Madrid tendrá un ejército decisivo para un hipotético congreso nacional.

Todas las miradas en el PP apuntan ahora a Casado, que se está jugando parte de su liderazgo en esta batalla, como advierten en algunas baronías populares. Sin embargo, el líder del PP está decidido a mantener el pulso a Ayuso, según transmiten fuentes de su equipo, aunque eso suponga que la sangría de confrontación continúe hasta mediados del año que viene, cuando está previsto el congreso del PP de Madrid.

“Casado no se va a dejar presionar, va a cumplir los tiempos y va a convocar el congreso cuando toque”, sentencian en Génova. En el entorno del líder niegan que exista un clamor en el PP para que Casado ponga fin al conflicto acordando con Ayuso. “A nosotros no nos consta ese clamor, al revés. La gente está empezando a estar harta de ella”, afirman fuentes de la confianza del jefe. El líder no va a dar su brazo a torcer y mantiene la incógnita sobre si promoverá una candidatura alternativa a la de Ayuso. Por su parte, ella se va a presentar a la presidencia del PP sí o sí, contra quien le pongan delante. “Que lo va a hacer es inamovible”, advierten en su equipo.

El choque de trenes parece inevitable, pero Casado y Ayuso no se están jugando lo mismo en esta guerra. “Quien tiene más que perder es Casado”, analiza un veterano dirigente popular. “Ella ya ha conseguido lo que podía aspirar en su vida política, ya es presidenta de Madrid. Sin embargo, Casado se está jugando la presidencia del Gobierno de España. Una crisis de esta naturaleza, si acaba mal, le puede costar a Casado el éxito de la candidatura”.

Los barones presionan para frenar la disputa

La batalla entre la dirección nacional del PP y la madrileña preocupa mucho a los barones populares, que urgen a Génova a que detenga con urgencia la confrontación. “Madrid es una caja de resonancia, lo que pasa en Madrid afecta en toda España. Nos preocupa lo que está pasando sobre todo a las comunidades autónomas que abordamos un proceso electoral más pronto que tarde”, afirman en una presidencia autonómica del PP. “Es un disparate, un camino a ninguna parte”, se quejan. “Pedimos que se pare esto cuanto antes. Las réplicas llegan a todos los territorios”.

El presidente gallego. Alberto Núñez Feijóo, rompió este jueves una lanza en favor de Isabel Díaz Ayuso, dando naturalidad al hecho de que quiera presidir el PP de Madrid. “Me sorprendería mucho que la presidenta de la Comunidad de Madrid diga que no quiere presidir el partido”, confesó el barón gallego, que también pidió “bajar el ruido y pensar que la única alternativa al Gobierno actual es la del PP”.

En otras baronías populares ponen el foco en el secretario general, Teodoro García Egea. “Más allá de los movimientos de Isabel, estas cosas le han pasado a Teodoro García Egea en toda España. Tiene ramalazos un poco autoritarios, y no es lo mismo hacerlo con el PP de Sevilla que con Ayuso, que es Dios”, analiza un dirigente autonómico. “Va a haber confrontación. Y si pierde Ayuso el congreso, pierde el partido. En cambio, si lo gana, es una derrota salvaje de Casado. Quien le marca un escenario así a Casado no es su mejor amigo. Porque se lo va a jugar todo a cara o cruz”.


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