Casado se une a Ayuso y Aznar y defiende que España “no tiene que pedir perdón” por los excesos de la conquista

El PP sigue enredado con la conquista de América en su convención nacional. Primero fue Isabel Díaz Ayuso, desde Nueva York, la que cargó contra el Papa por sus palabras con ocasión del bicentenario de la independencia de México. El papa Francisco había instado a “reconocer los errores cometidos en el pasado, que han sido muy dolorosos”, lo que se interpretó como una petición de perdón por los excesos de la conquista. Después, el expresidente José María Aznar ridiculizó la disculpa que sí ha hecho expresamente a los indígenas el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Y, por último, este viernes, el líder del PP, Pablo Casado, se ha unido a la tesis de sus dos compañeros de partido y ha defendido que España “no tiene que pedir perdón” a los indígenas latinoamericanos. Casado se ha pronunciado así en un acto junto al expresidente de México Felipe Calderón, invitado en la convención del PP, quien ha pedido a los españoles “no caer en la trampa de quienes siembran tempestades”.

Casado se ha alineado con la tesis de Aznar y Ayuso, aunque lo ha hecho con palabras más amables hacia México. “Desde España no tenemos que pedir perdón, pero tenemos que dar las gracias a una historia común que ha sido el mayor hito de la humanidad después de Roma: la Hispanidad”, ha expresado ante la atenta mirada de Calderón. “Gracias a México desde España y con el gran orgullo de sentirnos una nación hermana”, ha añadido Casado. El líder popular ha reivindicado el “lazo histórico entre México y España” y ha subrayado que “el mestizaje, el aprendizaje y la aportación mutuas construyeron sociedades mejores”.

El encuentro de Casado con Calderón este viernes era incómodo precisamente por la polémica que ha rodeado en las últimas horas el enfrentamiento entre destacados dirigentes del PP y las autoridades mexicanas a cuenta de la conquista. El mandatario era el invitado estrella del día en la convención nacional del PP, que este viernes se celebra en Cartagena (Murcia), y ha dialogado con el líder popular sobre “crecimiento contra la desigualdad”.

La controversia ha irrumpido en su charla y ni Casado ni Calderón la han eludido. El mandatario mexicano ha hecho un discurso que invitaba a dejar de lado las divisiones, en lo que ha parecido un tirón de orejas a ambas partes. El expresidente se ha declarado “orgullosamente mexicano”. “Yo no soy indígena. No soy español. Soy profunda y orgullosamente mexicano, orgulloso de mis raíces, de todas”, ha dicho. Al mismo tiempo, ha confesado que aborrece y maldice “las atrocidades de Núñez de Guzmán” (en referencia a un conquistador español) pero también bendice y agradece “las bendiciones de Vasco de Quiroga” (primer obispo de México). “Me declaro orgulloso de ser mexicano, y a mis propios compatriotas les digo: no caigamos en la trampa. Aquí lo que se busca es dividir”, ha opinado.

A la vez, Calderón se ha dirigido a los españoles. “Y les digo aquí en España: no caer en la trampa de quienes siembran tempestades. No caigamos en la trampa de dividir a los mexicanos”. El mensaje ha quedado en el aire sin que se supiera si iba dirigido a algunos de los compañeros de Casado en el PP. El líder popular ha cerrado con palabras conciliadoras: “No puede estar mejor dicho”. Y los asistentes a la convención del PP han decidido que era mejor dar por terminada la conversación con un aplauso.


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