Iker Casillas se ha ganado a pulso haberse convertido en uno de los mejores porteros, sino el mejor bajo palos, en la historia del fútbol nacional e internacional. Ídolo dentro y fuera del campo, el madrileño explotó su carisma y carácter, unido a su gran calidad, para ejercer de capitán en mayúsculas tanto en el Real Madrid como en la selección.
Iker logró lo que muy pocos madridistas han conseguido en la historia contemporánea del fútbol español, caer bien y ser admirado y respetado por un sector importante de la afición del Barça, que valoraba el buen talante del portero merengue y la reconocida y fuerte amistad que tuvo y mantiene con iconos
azulgrana como Xavi Hernández. A nivel coloquial, Iker sería para muchos ‘el yerno perfecto’, incluso para más de un azulgrana.
Sinónimo de paradas inverosímiles en momentos clave
‘San Iker’ o ‘El Santo’, algunos de sus apodos, siempre será recordado por sus paradas inverosímiles en momentos clave, tanto con el Real Madrid como con la Roja, regalando momentos mágicos a los aficionados al fútbol.
Casillas desarrolló la mayor parte de su carrera deportiva en el Real Madrid, primero en sus categorías inferiores y desde 1999 hasta 2015 en el primer equipo blanco, copando la capitanía entre 2010 y 2015. Destacar que es el segundo jugador con más partidos de la historia del club, con un total de 725, sólo por detrás de otro ídolo merengue, Raúl González con 741.
Iker Casillas repasa con Iniesta algunos de los momentos históricos vividos:
Fue internacional absoluto con la selección española desde 2000 hasta 2016, siendo su indiscutible capitán durante diez, desde 2006.
Es el internacional español con más partidos de la historia y el séptimo a nivel mundial con 167. Capitaneó a la Roja a proclamarse bicampeona de Europa (alzó los trofeos de las Eurocopas de 2008 y de 2012) y campeona del mundo (2010).
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