El desencuentro entre el Barça y Thomas Heurtel ha explotado de una forma que ha dejado mal paradas a las dos partes, enconadas en una batalla cada vez más cruenta y de más compleja solución. El episodio del jugador quedándose en Estambul y regresando a Barcelona en solitario y sin formar parte de la expedición azulgrana fue el momento decisivo que dio visibilidad a un conflicto que, sin embargo, ya venía envenenado desde hace tiempo, concretamente desde este pasado verano.
Realmente, el principio del fin entre el Barça y Thomas Heurtel fue cuando el club azulgrana fichó a Nick Calathes como base y Sarunas
Jasikevicius, nuevo entrenador del equipo, decidió que el griego fuera su ‘capitán general’, relegando a Heurtel a un rol más secundario. El base francés es un jugador que considera, acertada o equivocadamente, que él tiene que ser la piedra angular de cualquier proyecto y tiene una personalidad que le reafirma constantemente en ese principio inamovible. Jasikevicius, por el contrario, confía en Calathes como ‘jefe’ en la posición de director de juego y a Heurtel (y así se lo explica en pretemporada) le pide que salga del banquillo, normalmente de ’uno’, pero a veces también en la posición de ‘dos’, y sobre todo, que ponga su talento al servicio del equipo defendiendo, no perdiendo balones, dirigiendo bien, etc.
Ambas posiciones no consiguen encontrarse nunca a lo largo de la temporada y la situación se va deteriorando. Heurtel cada vez lo hace peor y con más desgana y Jasikevicius cada vez le va dando menos protagonismo hasta que llega un momento en que Heurtel, posiblemente ya pensando en que se va a marchar al Real Madrid, desconecta por completo y el técnico le deja sin jugar en varios partidos. A partir de aquí viene todo lo demás, es decir, ambas partes acuerdan la salida del jugador hacia el Fenerbahce, el Barça descubre en el último momento que el jugador les ha engañado y que en realidad no se va al equipo turco sino al Real Madrid, Heurtel se queda en Estambul y no regresa con el equipo, etc, etc.
A partir de aquí, caben todo tipo de opiniones en uno u otro sentido. Habrá personas que consideren que Jasikevicius debería haber tenido más paciencia con un jugador al que le quedaba sólo un año de contrato y habrá otros que piensen que Heurtel es una persona con un carácter un tanto egocéntrico que hace que tenga un encaje complicado en algunos vestuarios. Posiblemente las dos sean complementarias y sirvan en cierta medida para explicar el origen de un follón que ha explotado hace un par de días, pero que en realidad se venía larvando desde hacía meses.
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