Castellfollit de la Roca, el pueblo de Girona al borde de un precipicio que debes visitar

Girona es una de las provincias más bonitas de España, y también una de las más visitadas. Aunque el principal foco de atención es la Costa Brava, hay pueblos en el interior de la provincia que también merecen mucho la pena, como Castellfollit de la Roca. Con una población de apenas 950 habitantes, se encuentra en la comarca de La Garrocha.

Lo más característico es que el municipio está asentado en un risco basáltico de más de 50 metros de alto y 1 kilómetro de longitud. Es interesante saber que la cantera de basalto de Castellfollit de la Roca es la única cantera que está activa a día de hoy en España.

¿Qué ver en Castellfollit de la Roca?

Este es un pueblo pequeño, así que se ve perfectamente en una mañana o una tarde. Para hacerse una idea de cómo es Casellfollit de la Roca, la primera visita debe ser a la cinglera, un mirador que ofrece unas vistas espectaculares del municipio. Lo mejor es aparcar el coche en el casco urbano y bajar por el camino que lleva hasta el Río Fluvià.

El paseo dura aproximadamente media hora, ida y vuelta. En el recorrido se encuentra un puente metálico que se construyó en la segunda mitad del siglo XX después de que una tromba de agua se llevara por delante el antiguo puente del siglo XIV.

Pasear por el casco antiguo del pueblo es como hacer un viaje en el tiempo hasta la Edad Media. Lo mejor es olvidarse del plano y recorrer Castellfollit de la Roca por libre, contemplando todos los rincones.

Uno de los principales atractivos es la Torre del Reloj, construida en el año 1925. La Iglesia de San Salvador es el templo religioso más importante del municipio, y las primeras referencias de ella datan del siglo XII.

Volcán de Santa Margarita

A tan solo 15 kilómetros de Castellfollit de la Roca se encuentra el Volcán de Santa Margarita. De 682 metros de altitud y un perímetro de 2.000 metros, hay una ruta de senderismo hasta el cráter del volcán, donde se encuentra una ermita de origen románico.

Desde el parking de Santa Margarita, la ruta es de 3,75 kilómetros, ida y vuelta, perfecta para hacer con niños. El recorrido comienza con una subida por bosques de castaños, robles y encinas hasta lo alto del volcán. Una vez arriba, hay un descenso de unos 700 metros hasta el prado donde está la ermita.


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