A las diez de la noche de este miércoles, la Conferencia de Rectores (CRUE) lanzó “de urgencia” un comunicado para lamentar las palabras del ministro de Universidades, Manuel Castells, en defensa de los estudiantes que reclaman examinarse en remoto por el auge de la tercera ola de la pandemia. Le calificaron de “populista”. Así que unas horas después, Castells se ha visto obligado a celebrar “dos ruedas de prensa” ―según sus propias palabras―: la convocada sobre unas ayudas de movilidad, y una segunda en la que se ha ratificado en lo expresado el día anterior, que no difiere de lo dicho más suavemente antes. “Hago un llamamiento a la responsabilidad de rectores y decanos. Que no piensen que los estudiantes se inventan las imágenes que han mandado a los medios de comunicación”. En ellas se ven aglomeraciones en la entrada de algún examen (pese a que los alumnos son convocados de forma escalonada para que no se produzcan).
El titular de Universidades ha anunciado que esta tarde la ministra de Sanidad, Carolina Darias, con la que ha hablado, planteará el dilema de los exámenes presenciales a los consejeros ―quienes tienen la potestad de permitir o anular estas pruebas― en el Consejo Interterritorial de Sanidad. Hace dos semanas, el anterior ministro, Salvador Illa, amigo personal de Castells, planteo el tema en la reunión con los responsables de Salud de las comunidades, y todos los consejeros afirmaron que había garantías de seguridad para los alumnos. “Las imágenes muestran que se realizan exámenes sin respeto a la distancia física. No sabemos si es así. Hay que hacer una investigación”, ha sugerido el ministro.
Castells no tiene ninguna competencia en la gestión de los centros, pues existe la autonomía universitaria, y asegura que “no quiere” tenerla. Por eso ha subrayado que “de inmediato” se celebrará una reunión de la Conferencia General de Política Universitaria, en la que están presentes los rectores, para abordar el tema de los exámenes. El sindicato CSIF ha reclamado cerrar los centros, algo que no contemplan Comisiones Obreras y UGT.
“Con 900 [de incidencia acumulada de casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes] no puede haber un debate sobre la docencia”, ha argumentado el ministro. “Ahora la prioridad es la salud”. Sin embargo, los rectores recuerdan que no se han dado casos de contagio en las aulas, donde las ventanas están abiertas y se respeta la distancia de seguridad entre los alumnos ―más en estos días para que no se copien―, que además van con mascarilla. El problema, reconoce cualquier profesor, es que los alumnos tienen a juntarse a la entrada y salida de los exámenes aunque se les invite a irse a casa.
“He tenido 400 contagiados en las residencias y ninguno detectado en el aula. ¿Cuál es el problema?”, se pregunta un rector. “Hace nada estaban pidiendo más clases presenciales por la brecha digital”. Los rectores y cualquier profesor al que se pregunta tienen en mente los altísimos porcentajes de aprobados del curso pasado, cuando los exámenes se hicieron online. Castells opina que deberían examinarse usando Internet, pues en el siglo XXI ya no es necesario recurrir a la memoria. Garantizar que no se copia es casi imposible si no se cuenta con un sistema de reconocimiento facial ―caro y que provoca quejas por violar la privacidad―, solo al alcance de alguna universidad privada, como la San Pablo-CEU, que lo utiliza desde la primavera pasada.
Este jueves, el consejero de Universidades de Madrid, Eduardo Sicilia, se ha mostrado especialmente combativo con Castells: “Lo que ha hecho es crear miedo y desconfianza basado en sensaciones de lo que le cuentan, pero no hay ningún dato. Lo que tiene que hacer es tomar decisiones y no lo hace. Si hay datos, que haga un decreto y cierre las universidades”. Madrid, pese a las presiones de los alumnos, ha optado por mantener los exámenes presenciales programados.
El ministro, sin tener en cuenta que dinamitaba la rueda de prensa de este jueves, optó el día anterior por escribir una carta y mandar un audio a los medios de denuncia de la situación de los estudiantes, a los que se siente muy próximo y con los que tiene previsto reunirse también estos días. Lo hizo motivado por las imágenes que estos días circulan por las redes sociales.
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