Cataluña se prepara para librar otra batalla contra una plaga invasora asiática que amenaza con dañar a cultivos. La Generalitat ha hecho un llamamiento a la población de 185 municipios (el 20% del total de la comunidad) para que si detectan ejemplares de un chinche de origen asiático, conocido como ”chinche apestoso marrón” por el fuerte olor que desprende, lo eliminen. El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA) coordina los trabajos de seguimiento y control de la plaga.
”Todavía no ha tenido una virulencia excesiva. Pero ahora no hay que bajar la guardia para evitar daños a la agricultura”, explica el jefe de Sanidad Vegetal del Departamento de Acción Climàtica de la Generalitat, Jordi Giné. El chinche (Halyomorpha halys es el nombre científico) fue detectado en 2016. La teoría de los expertos es que entró por los Pirineos a través de carreteras. La técnica del polizón ya ha sido utilizada antes por otras invasoras como el conocido como “escarabajo de los mil millones” ( diabrotica virgifera ), detectado este año y famoso por sus daños al maíz. Entran al territorio a través de camiones y luego se expanden de norte a sur saltando de cultivo a cultivo con extrema facilidad. Mide de 12 a 17 milímetros de largo y de 7 a 10 de ancho.
Pese a que en los al menos seis años que lleva en la comunidad el insecto todavía no ha causado grandes daños, el Govern está preocupado. La experiencia en otros países como Italia no es nada halagüeña. “El daño que provoca es que se alimenta del fruto. Lo daña y luego no se puede comercializar”, dice Giné. El experto explica que ahora es el momento para llamar el apoyo a la ciudadanía porque en otoño es el momento en el que el insecto accede a los hogares para refugiarse de las lluvias y las bajas temperaturas. Luego, en primavera, sale para alimentarse. El año extremadamente seco que ha vivido la comunidad (en algunas zonas ha sido uno de los peores del siglo) ha ayudado a mantener más a raya al chinche, que a parte de alimentarse de numerosos cultivos vive de otras plantas, árboles y arbustos, también en la ciudad.
En verano es cuando está más activo y este año, pese a que se ha detectado menos que en anteriores, se han producido daños en plantaciones frutícolas de Girona y el Baix Llobregat. Giné alerta de la progresiva llegada de especies por tierra, mar y aire durante los últimos años, especialmente asiáticas, como la conocida como mosca del olivo. Pero sobre todo, a Giné le preocupa la llegada de otras que todavía no lo han hecho: como la bacteria Xylella fastidiosa que según la UE puede poner unos 300.000 empleos en peligro.
Hoy, en Cataluña ya han sido detectadas más de 1.200 especies exóticas. La comunidad es una de las más afectadas por este fenómeno en la UE. Y expertos como el director del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), Joan Pino, advierten hace tiempo que el problema ya ha venido para quedarse.
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