Celia Forner: la modelo española que conquistó con sus proyectos primero a Louis Bourgeois, después a Beyoncé


Cuando Celia Forner solo era una modelo principiante que acababa de salir de Silla, su pueblo natal, para probar suerte en las pasarelas de Valencia de la mano de Antonio Alvarado (el diseñador y otros personajes de la moda frecuentaban el restaurante que entonces regentaban sus padres), ya había en ella una vena emprendedora a la que nunca ha podido escapar. “Si es que ya entones vendía cinturones. Era muy comercianta”, cuenta entre risas al otro lado del teléfono. Después ganaría en 1987 el prestigioso concurso de la agencia Ford, Supermodel of the World, un título que impulsó su carrera como modelo de la mano de firmas de moda icónicas como Dolce & Gabbana, Chanel, Jean Paul Gaultier, Comme des Garçons, Dior, Donna Karan, Versace y marcas de belleza como L’Oréal y Guerlain. Aquel marchamo la convirtió en una maniquí internacional con una prolífica carrera y un nombre en Nueva York, París y Tokio: “Recuerdo con mucho cariño los meses que viví en Japón. Entonces no había tanto turismo como ahora y cuando caminabas por la calle les resultabas increíblemente exótica, como si fueses una especie de diosa”, rememora. Pero cuando se retiró de las pasarelas a finales de los noventa reorientó su actividad hacia el diseño de joyas: nunca dejó de ser una emprendedora. Llegó a abrir una tienda propia en Londres, que la llevó durante una etapa de su vida a viajar cada dos meses a India.

Ahora, Forner está a punto de abandonar la ciudad británica, que ha sido durante dos décadas su hogar: “Durante los noventa y los dos mil Londres fue lo máximo. En los últimos años todo ha cambiado mucho, también en mis prioridades, y necesitamos otra calidad de vida”. Con esa primera persona del plural se refiere a ella y a su marido, Francesco Venturi, propietario de la editorial Vendome Press, el hombre con el que ha fundado una familia y con quien está punto de mudarse a Roma, lugar de donde él es oriundo. Venturi ha sido uno de sus principales apoyos en el mundo del arte, en el que se ha convertido en una reputada coleccionista. Curiosa insaciable, estudió cursos de historia del arte en Christie’s y de la joyería en Sotheby’s, para acabar dirigiendo durante nueve años, en colaboración con la galería Hauser & Wirth (“Cuando les conocí era una galería muy pequeña. Y ahora, mírales, referente mundial”), un proyecto llamado Portable Art, en el que colaboró con 15 artistas. La iniciativa consistía en crear adornos corporales que tuvieses estatus de obras de arte y en ella participaron nombres de la altura de Louise Bourgeois, John Baldessari, Subodh Gupta, Paul McCarthy, Cristina Iglesias, Mary Heilmann, Stephan Bruggeman… El proyecto se exhibió en las galerías Hauser & Wirth de Nueva York y Los Ángeles en 2017 y 2018 respectivamente. Forner diseñó ambas exposiciones y colaboró en el catálogo.

Ahora, la modelo vuelve a emprender, esta vez con una marca cosmética llamada Alleven cuyo producto estrella es un maquillaje dosificado con pulverizador para el cuerpo que ha creado en colaboración con uno de los grandes laboratorios cosméticos españoles cuya identidad prefiere no desvelar: “Llegué a esta idea de una forma absolutamente orgánica, como ha pasado siempre con todos los proyectos en los que me he involucrado. El producto que he creado es el que yo pensé que faltaba en el mercado y me di cuenta de ello porque yo misma, y la gente de mi entorno lo hemos necesitado muchas veces”. El éxito del producto ha sido una sorpresa hasta para ella misma. Beyoncé, Cardi B, Emma Stone, Laura Dern, Alicia Vikander o Naomi Watts han reconocido utilizarlo: “Y lo que más gracia me hace es que no es solo un producto femenino. Tengo amigos que lo usan hasta para ir al gimnasio”, cuenta sorprendida. Forner, que tiene dos hijos, Filippo, estudiante de fotografía y cine en la escuela Parsons de Nueva York, y Allegra, actriz y graduada en historia del arte en NYU, empieza ahora una nueva vida en Italia aunque con la mirada puesta en Oriente: “El mercado asiático es nuestra gran esperanza”.


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