El Atlético de Madrid logró clasificarse para los dieciseisavos de final después de superar al Club Deportivo Arenteiro, en un partido no con pocas dificultades. La localidad orensana de Carballiño vivió una jornada festiva en la que por momento soñó con derribar al Goliat de Primera.
Al final no fue así, pero se vivió un día inolvidable, con muchas emociones y que dejará un gratísimo recuerdo para los aficionados del conjunto gallego. Entre las citas previas al duelo estuvo el encuentro entre directivas. Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, encabezó la expedición en la localidad gallega.
En el clima de buena concordia que se vivió, el mandatario colchonero se volvió a Madrid con un curioso regalo por parte de su homólogo del Arenteiro, Argimiro Marnotes.
Un regalo que el presidente del Atlético debería haber intuido desde el mismo momento en el que en Espiñedo, donde se disputó el partido, además de las pancartas de apoyo a su equipo, había una enorme en la que se podía leer ‘Carballiño, capital mundial del pulpo”.
INVITADOS AL METROPOLITANO
Tanto Enrique Cerezo cómo los directivos que le acompañaron, se llevaron “unas cajas de pulpo prensado y precocinado para que lo degusten en sus casas. Se llevaba mucho Carballiño en el coche, que también es importante”, según contó Marnotes en el diario ‘La Región’.
También señaló que el presidente del Atlético le dijo: “Tiene que ser la leche todo lo que aquí tenéis montado porque no es nada sencillo”. Además, confirmó que invitó a la directiva del equipo gallego “a ir a su estadio cuando queramos y también se brindó a colaborar con nosotros para lo que necesitemos”.