‘You are now entering free Derry” (Estás entrando ahora en el Derry libre”). Así reza uno de los tatuajes que lleva en su muslo izquierdo James McClean, jugador del Wigan de 33 años, conocido por sus firmes convicciones políticas a favor de la unión del Ulster (Irlanda del Norte) con el resto de la isla de Irlanda. Tras una jornada suspendida, se reemprendió la competición en Inglaterra el pasado martes 13 y se disputó el partido entre el Huddersfield Town y el Wigan de la Championship (1-2). Se guardó un minuto de silencio en recuerdo a Isabel II fallecida hace unos días y McClean mostró su respeto cabizbajo pero separado del grupo de compañeros que se unían abrazados. Todos los jugadores llevaban un brazalete negro. McClean también.
Cerca de la masacre
James McClean (22/4/1989) nació en el barrio de Creggan, en Derry, un barrio obrero cerca de donde hubo la masacre del Domingo Sangriento (o Masacre de Bogside) de 1972 cuando los soldados británicos dispararon contra 26 civiles desarmados durante una marcha de protesta. Murieron catorce personas y el caso se abandonó tras alegar que no había pruebas suficientes. Tal salvajada, como las perpetradas por el IRA, impregnó en muchas familias norirlandesas que crecieron con los ‘Troubles’ (‘Disturbios’) y se transmitieron a las siguientes generaciones.
La controversia de las amapolas
Con 19 años debuta con el Derry City y anota un gol en el 4-1 contra Bohemians de Copa y en 2011 lo ficha el Sunderland con un contrato de tres años. Su primer acto de rebeldía de cariz político sucedió el 11 de noviembre de 2012 antes de un partido contra el Fulham. McClean se negó a llevar la ‘Remembrance Poppy’, una amapola en recuerdo a los caídos británicos en las dos guerras mundiales.
En agosto de 2013 firma por el Wigan Athletic. Allí mantuvo su negativa a llevar la amapola y escribió una carta al presidente del club en 2014 donde expresaba su negativa siendo consciente que el abuelo del dirigente del club murió en una de las confrontaciones mundiales. Dijo que mantenía un respeto absoluto a todos los caídos (muchos irlandeses) pero que para él y la gente de Derry representaba algo muy diferente. “Sería visto como un acto de falta de respeto a esas personas que cayeron en Derry. Estoy orgulloso de donde vengo y simplemente no puedo hacer algo que creo que está mal. En la vida, si tienes convicciones, debes defender lo que crees” se justificó McClean en una carta.
Rechazo a ‘God Save the Queen’
En 2015 recala en el West Bromwich Albion. Durante una gira por Estados Unidos en que se jugó un partido amistoso contra Charleston Battery sonó el himno ‘God save the Queen’ y McClean le dio la espalda a la bandera de la Union Jack que hondeaba en el estadio, lo que le valió una reprobación del club. Ese gesto no gustó tampoco a los aficionados del West Brom que le abucheaban en numerosas ocasiones cuando jugaba en casa. Aunque la tensión se vivía en cada partido, McClean cumplió su contrato. En 2018 pasó por el Stoke City hasta el año pasado, cuando volvió al Wigan con 32 años.
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Mensajes de muerte
Su lugar de nacimiento le conmina a ser seleccionado por Irlanda del Norte. En la categoría de sub20 disputó varios partidos y en 2011 fue escogido para jugar contra las Islas Feroe para la Eurocopa de 2012. Contrariado y consciente de sus principios, confirmó que no jugaría nunca más para Irlanda del Norte y pidió jugar por Irlanda. El 29 de febrero de 2012 pudo debutar con Irlanda contra la República Checa en Dublín. Tras su paso por la selección irlandesa de la mano de Giovanni Trapattoni en la Eurocopa, recibió numerosos y desagradables mensajes de muerte por redes sociales de aficionados norirlandeses probritánicos reprochándole su afiliación.
McClean encarna el papel de rebelde republicano en la corte de la normativa estándar de aceptación de la monarquía por doquier. Se ha acostumbrado a la intolerancia tóxica que rodea en muchas ocasiones el mundo del fútbol, pero siempre ha declarado que no es antibritánico, ni terrorista ni anima la confrontación violenta y que solamente quiere que se viva en paz y que los pueblos sigan sus caminos de forma pacífica y, si puede ser con el Ulster libre, mejor.
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Otros ejemplos de rechazo
No es el único que ha mostrado su rechazo a la monarquía estos días en que Inglaterra llora a su reina: Ross Tierney, irlandés del Motherwell escocés, se negó a llevar el brazalete negro durante el partido que enfrentó a su equipo con el Hearts y la afición del Dundee United cantó, durante el minuto de silencio contra el Rangers, “Lizzie’s in a box, Lizzie’s in a box”(Lizzie está en una caja, Lizzie está en una caja).
Otro caso pasó en el partido del fin de semana pasado que enfrentaba al Celtic en el campo del St. Mirren. Para que la afición visitante no cantara el “Lizzie’s in a box, Lizzie’s in a box”, la directiva del St. Mirren decidió cambiar el minuto de silencio por un minuto de aplausos a lo que los aficionados escoceses del Celtic respondieron cantando “If you hate the royal family clap your hands” (si odias a la familia real aplaude) con pancarta incluida.