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Cervera negociará el alquiler de su colección y el regreso de ‘Mata Mua’



Cuando el sábado el Museo Thyssen-Bornemisza volvió a abrir sus puertas en Madrid faltaba un cuadro. Y uno muy importante: Mata Mua (Érase una vez) pintado por Paul Gauguin en 1892 y tasado en más de 40 millones de euros. En él varias mujeres adoran a Hina, deidad de la Luna, en un paisaje idílico de Tahití. La joya de la colección personal que Carmen Cervera depositó en el museo en 1999 en forma de préstamo renovable ha desaparecido de la sala L1, dedicada a los impresionistas y posimpresionistas. Cervera ha retirado esa obra maestra del centro y también ha obtenido permiso del Ministerio de Cultura para sacarla al extranjero con la intención de venderla, según fuentes del departamento.La pintura, una de las más relevantes de la colección de la baronesa Thyssen, recibió el pasaporte para salir de España en abril, en plena crisis sanitaria de la covid-19 y coincidiendo con la renovación del acuerdo del préstamo de sus cuadros al Estado español. El listado de las obras prestadas incluido en el acuerdo para su firma ya no incluye la pintura de Gauguin, según fuentes de Cultura, aunque su ficha seguía este miércoles en la web del museo, donde se ha expuesto durante dos décadas. Junto a Mata Mua, también abandonan la pinacoteca con destino a la venta otros tres cuadros de la colección particular de la baronesa: Caballos de carreras en un paisaje (1894), de Degas; El ‘Martha Mckeen’ de Wellfleet (1944), de Hopper, y El puente de Charing Cross (1899), de Monet.Mata Mua era la pieza capital del grupo de obras que el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza apartó de la venta de su colección principal al Estado, cerrada en 1993 por el equivalente a 270 millones de euros. También era la crónica de una desaparición anunciada desde hacía años por la propia dueña, quien solicitó permiso para exportarlo y venderlo en 2018.La salida del óleo de Gauguin, que devalúa la oferta pictórica del Thyssen, ha sido una concesión del actual equipo de Cultura, que desaprovechó el principio de acuerdo al que había llegado el departamento con José Guirao, su anterior responsable, al frente. A finales de enero, según fuentes del anterior equipo, Carmen Cervera alegó que tenía problemas económicos y que deseaba retirar Mata Mua para venderlo. El equipo de Guirao le ofreció la salida de las tres obras citadas de Hopper, Degas y Monet —El puente de Charing Cross está valorado en 15 millones— a cambio de mantener el gauguin en las salas del Thyssen.La propuesta de Cultura sumaba a la salida de esas tres pinturas una propuesta económica para el depósito de la colección de Cervera: siete millones de euros anuales pagaderos durante 15 años. Según las cuentas del museo, ese es el beneficio que aporta la colección particular de la baronesa a la institución, después de descontar un millón por los gastos de almacenamiento. Y si una vez agotado ese plazo existiera una oferta en firme, el Estado tendría derecho de tanteo sobre el precio, al que habría que restarle la cantidad ya abonada por la cesión (unos 100 millones de euros). En esta propuesta la permanencia del óleo de Gauguin en el Thyssen era innegociable.A finales de diciembre, ambas partes se habían estrechado la mano, según fuentes implicadas en aquella negociación. La baronesa podría vender los tres cuadros y se firmaría en unas semanas la paz respecto al alquiler de la colección. Pero el 10 de enero, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sustituyó a Guirao al frente de Cultura por José Manuel Rodríguez Uribes.El cambio en la cartera fue aprovechado por Cervera y sus abogados, Ángel Acebes y José María Michavila, para romper el acuerdo anterior y renegociar con el nuevo equipo, que finalmente les dio luz verde en abril a la exportación de Mata Mua. Ni Cervera ni sus letrados han querido ofrecer su versión sobre las negociaciones. “No hablamos de los asuntos de nuestros clientes”, responden los abogados.El ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, en la comisión correspondiente del Senado este jueves. En vídeo, Uribes no ve prudente que el Ministerio compre el cuadro ‘Mata Mua’. Ricardo Rubio (EP) | EfeJavier García Fernández, nombrado secretario general de Cultura a fines de enero tras el cambio al frente de la cartera, defiende la decisión del departamento de autorizar la salida del gauguin. “Tiene derecho porque la obra es suya”, señala a EL PAÍS.Fuentes del museo Thyssen confirmaron este miércoles que los cuatro cuadros “no se encuentran expuestos actualmente”, sin hacer más precisiones.La partida de estas obras supone una disminución del valor de la colección. Entre julio de 2019 y enero, sin contar aún la pérdida de Mata Mua, la garantía que asume el Estado para asegurar las obras pasó de 425 millones de euros a 390 millones. A esta cantidad habrá que restarle ahora la valoración de Mata Mua, estimada en unos 40 millones. El óleo todavía figuraba en la lista de las 426 piezas cedidas por Cervera que el BOE publicó el 28 de abril. “El cuadro seguía en el museo cuando se publicó el BOE y el Estado tiene la obligación de cubrirlo mientras esté allí. Pero la obra ya no está incluida en el acuerdo”, precisan fuentes de Cultura.La pérdida de las cuatro piezas supone un escollo ante la inminente renegociación del acuerdo de cesión. El Estado adquirió en 2004 dos palacios colindantes con el de Villahermosa, edificio central de la pinacoteca, y habilitó en ellos unas 16 salas para albergar unas 250 obras de la viuda del barón, sin contraprestación ni compromiso de esta.La cesión original acordada sumaba 655 piezas y desde entonces se ha retirado un 35%. En 2012, ya salieron 147 piezas, la mayoría camino del Museo Carmen Thyssen de Málaga. También fue ese año cuando Cervera retiró La esclusa (1824), de Constable, que subastó en Christie’s de Londres por 27,9 millones. Aquella decisión causó una tormenta en la fundación del museo y la dimisión de uno de sus patronos, Norman Rosenthal.Historia de una negociaciónEn diciembre de 2016, con Íñigo Méndez de Vigo (PP) como ministro de Cultura y Deporte, estuvo a punto de cerrarse el contrato por el que el Estado dispondría del conjunto durante tres años más de manera gratuita. A cambio, Cervera tendría permiso para vender la pieza más importante de su colección: ‘Mata Mua’. Las negociaciones se rompieron cuando Hacienda amenazó con abrir un procedimiento penal contra Borja Thyssen por sus deudas fiscales. El hijo de Cervera se enfrentaba a tres años de cárcel por un presunto fraude de 630.000 euros, por fingir su residencia fuera de España. La causa siguió adelante pero acaba de archivarse.Con la llegada de Carmen Calvo al Gobierno, en 2018, los intereses de Cervera mejoraron. En junio de aquel año se reunió con el exministro José Guirao y la vicepresidenta, y tras la cita declaró en las páginas de este periódico: “El ‘feeling’ no puede ser mejor”. “Conocía muy bien a la vicepresidenta y algo menos al ministro. Sé que esta vez vamos a llegar a un acuerdo para que mi colección se quede para siempre en España”, añadió.


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