Charlene de Mónaco vuelve al Principado junto al príncipe Alberto y sus hijos tras pasar ocho meses en Sudáfrica


Y el día, finalmente, llegó. Después de más de medio año de ausencia y de rumores sobre los verdaderos motivos de su estancia en Sudáfrica y su estado de salud, Charlene de Mónaco ya está de vuelta en el Principado donde ha sido recibida por el príncipe Alberto y sus mellizos, Jacques y Gabriella, de seis años, tal y como ha informado la propia casa real monegasca a través de su cuenta de Instagram, que ha acompañado la noticia con varias fotografías en las que se puede ver a Charlene junto a su esposo, sus hijos y un nuevo miembro: un cachorro de perro crestado de Rodesia. Según la información facilitada, la princesa aterrizó esta madrugada y el reencuentro con su familia ha estado “lleno de alegría y emoción”. El regreso cumple con los plazos anunciados por el propio Alberto, quien hace unas semanas afirmaba en Point de vue que su esposa regresaría para la celebración de la fiesta nacional, el 19 de noviembre.

El diario alemán Bild avanzaba a primera hora del día algunos detalles del traslado que, finalmente, ha acabado por confirmarse. De acuerdo con la publicación, la exnadadora salió el domingo de la ciudad costera de Durban, donde fue despedida por el rey de los zulúes Misuzulu kaZwelithini, con el que mantiene una estrecha amistad. Allí, en el aeropuerto King Shaka, subió a un Dassault Falcon 8X, propiedad del principado de Mónaco, para iniciar su regreso sobre el que se ha pronunciado el padre de Charlene, Mike Wittstock, quien en declaraciones a la agencia de prensa alemana en Johannesburgo se ha mostrado feliz con la noticia: “Gracias a Dios que ha vuelto a casa”. Minutos antes de su marcha, delante de la aeronave con el escudo monegasco, tal y como se puede ver en un vídeo publicado en el perfil oficial de Instagram del príncipe Alberto, Charlene ha querido agradecer el apoyo y la asistencia recibida durante su estancia en el país africano.

Si las previsiones del príncipe Alberto siguen su curso, Charlene de Mónaco viajará junto a él a la Exposición Universal de Dubái el próximo sábado, tal y como él expresó hace unas semanas en la revista People, en la que sería la primera aparición pública de la pareja en una visita oficial desde hace más de medio año.

Han pasado ocho meses desde que Charlene Wittstock aterrizase en Sudáfrica “para comprobar el trabajo de su fundación allí y para pasar tiempo con su hermano y sus amigos”, tal y como aseguró Alberto en una entrevista en People, sin imaginar entonces, que contraería una infección diagnosticada en mayo y que la alejaría de su familia. Desde entonces, a causa de la afección, la princesa ha tenido que ser intervenida en tres ocasiones, la última de ellas el 8 de octubre, cuando se sometió a una cirugía que requirió anestesia general. “Estamos tranquilos. Esta última operación, que se llevó a cabo en el tabique nasal, salió muy bien”, dijo entonces su marido a través de un comunicado emitido por su fundación.

A lo largo de su estancia en el país africano, la exnadadora pudo reunirse con el príncipe Alberto y sus mellizos el pasado 25 de agosto. Entonces, su esposo viajó junto a Jacques y Gabriella hasta Sudáfrica para visitar a su mujer. Ella misma quiso compartir ese encuentro a través de su perfil en Instagram con varias imágenes en las que se podía ver a la pareja disfrutar junto a los pequeños. Lo más comentado fue el original corte de pelo de Gabriella, que ella misma se había realizado. “Lo siento mi bella, hice todo lo posible para arreglarlo”, escribió entonces la propia Charlene, quien aseguró estar “muy emocionada” con el reencuentro.

La duda planea sobre el matrimonio de Alberto II y Charlene de Mónaco prácticamente desde que contrajeron matrimonio y en estos meses separados han ayudado a intensificar los rumores sobre su relación, hasta el punto de que ambos han tenido que desmentir en varias entrevistas una posible crisis. En septiembre el soberano llegó a afirmar que su esposa no se había “exiliado” y que la única razón que la mantenía en Sudáfrica era que su estado de salud no le permitía viajar. “Éramos un objetivo sencillo porque estamos en el ojo público”, remató. Ella también quiso mostrar su tristeza por su ausencia durante el décimo aniversario de su boda y dijo entonces que estaban habían sido “tiempos difíciles” y que su esposo había sido su “roca” y su “fuerza”.




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