Chet Holmgren tiene mucho guardado dentro después de perderse entera su primera temporada en la NBA por una lesión en el pie. En su vuelta a las pistas tras un año, el que era el unicornio que todo lo sabe hacer por definición antes de la irrupción de Victor Wembanyama, demostró lo que puede llegar a ser en la mejor liga del mundo en el primer partido de la Summer League.
Fueron los números en la victoria por 94-85 de los Thunder ante los Jazz -15 puntos con un 6/14 en tiros de campo, 9 rebotes y 4 tapones en 27 minutos-, pero, sobre todo, las virguerías que hizo el interior de Oklahoma de 2,16, asestando tapones de impacto y muy especialmente uno a dos manos -como si fuera voleibol-, que causó impresión.
“Quería salir agresivo y sentí que lo hice”, destacó el número 2 del draft de 2022 en declaraciones recogidas por Sporting News.
“Es fantástico poder jugar un partido de nuevo. En los últimos 11 meses he estado realmente compitiendo conmigo mismo. Siento que seguí todo al pie de la letra y esto es como una recompensa por ello. Es magnífico estar de vuelta y cometer errores, aprender de ello, hacer buenas jugadas, aprender de ello, competir con los compañeros y pasarlo bien con ellos”, resaltó también el pívot de Gonzaga.
Holmgren, que apunta a competir por el ‘rookie’ del año con Victor Wembanyama -el francés debuta el viernes-, ha aprovechado bien este año sin jugar y ha ganado casi 6 kilos de masa muscular.
Con Shai Gilgeous-Alexander consolidado como estrella y Josh Giddey al lado, más la llegada de Vasilje Micic y la recuperación de Chet Holmgren, los Thunder pueden dar mucho de qué hablar esta próxima temporada. En especial, con un Holmgren dispuesto a recuperar el tiempo perdido y a cautivar desde ya.