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Chile; la derrota de la “izquierda neoliberal” | Texto por Alberto Vizcarra Ozuna


Por Alberto Vizcarra Ozuna.

La presidenta Claudia Sheinbaum, desde su mañanera, llamó a las fuerzas progresistas de América Latina a la reflexión, después de conocer la derrota electoral de Gabriel Boric, en Chile. El tono en que lo hizo no indicaba que estuviera poniendo sus barbas a remojar, sino más bien dando lecciones e implicando que en México no se daría un ascenso de la derecha, porque el movimiento que sustenta a su gobierno está muy unido y goza de mucha aprobación popular.

El pie que ofrece la presidenta para la reflexión es por demás pobre. Plantearse como garantía de la permanencia en el poder la unidad de su movimiento y la aceptación en las encuestas, es autocomplaciente pero lejano a la consideración fundamental para valorar el éxito o el fracaso de un gobierno. No hay manera de escamotear el asunto de la economía y lo cierto es que México se ha mantenido en un largo estancamiento, con índices de crecimiento que durante los últimos años han descendido virtualmente a cero. El cierre de este 2025, en materia de crecimiento podría ser peor que al año de la pandemia, con un índice del 0.3%.

Los reportes generales sobre el comportamiento de la economía Chilena durante el gobierno izquierdista de Boric, no son diferentes a los que ha acusado México durante el largo periodo neoliberal: los índices mediocres anualizados por debajo del 2%, que no cubren los requerimientos de empleo y el bienestar social relacionado. La mayoría de las revisiones que se hacen sobre el desenlace electoral que llevó a la derrota de la candidata izquierdista de la Coalición Unidad por Chile, es que el electorado estaba golpeado y atemorizado por la creciente ola de criminalidad pero particularmente por la incertidumbre económica y la llegada de migrante que el candidato derechista los presentó como los causantes de la crisis económica.

Lo cierto es que Chile, junto con México, es de los países que más tratados de libre comercio presume. Una economía abierta, que le ha apostado todo al llamado sector externo. Lo que le imprime una dinámica económica colgada de corporativos privados que se han apoderado de su mercado nacional, desdibujando su industria y desplazando a buena parte de sus productores agropecuarios, arrojando una notable dependencia alimentaria no obstante su presumida balanza comercial agropecuaria que está en manos de corporativos agro-financieros.

El gobierno que entra en Marzo del 2026, perfilado como derechista, no se propone revertir estas políticas económicas instrumentadas por el izquierdista de Boric. José Kast, lo que advierte es una profundización de las mismas, a una mayor velocidad. Anuncia que instrumentará un plan de emergencia que tendrá como eje un ajuste fiscal de 6 mil millones de dólares, en los primeros meses de su gobierno, junto a la construcción de muros fronterizos para evitar la inmigración. El plan de ajuste representa casi el 10 por ciento del presupuesto, en un tiempo muy corto, lo cual advierte recortes en todos los órdenes relacionados con los servicios públicos, la salud, educación y sistema nacional de pensiones.

La imposición de este ajuste brutal en Chile, está motivado principalmente por las exigencias de pago al servicio de la deuda, que en términos totales supera en tres veces el presupuesto anual de ese país, alcanzando los 269 mil millones de dólares. Se trata de una sujeción total al sector financiero, que en el reclamo de sus rentas especulativas no tiene ningún tipo de miramiento sobre las consecuencias sociales y económicas que ello implica.

Al respecto de la política de ajuste hay un gran paralelismo entre México y Chile, y el motivo es el mismo: el crecimiento desmesurado de la deuda total, que en el caso de México está en las fronteras de los 650 mil millones de dólares, cuyo servicio a la deuda pública se consumirá en el 2025 más del 14 por ciento del presupuesto anual. No hay economía que pueda crecer ni país que pueda funcionar con el peso de una deuda que se consume prácticamente toda la renta nacional. Este es el elefante que Boric se negó a ver y que también el gobierno de Sheinbaum se niega a reconocer.

Estudios de la Executive Inteligence Review, que revisaron el amplio y reciente informe del Banco Mundial, advierten la inminente explosión de la deuda del tercer mundo, como consecuencia de que las naciones del sur han pagado, en menos de dos años (2022-2024), más de 741 mil millones de dólares, cifra mayor que lo que entró en forma de nuevo financiamiento en ese mismo periodo. Se trata de la mayor salida de recursos financieros relacionados con la deuda en los últimos cincuenta años.

No importa la ideología que profesen los gobiernos. Adheridos a las exigencias de un sistema financiero disfuncional y en bancarrota, ninguno tiene futuro.

Desde el Valle del Yaqui, Ciudad Obregón, Sonora, 17 de diciembre de 2025



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