La presión del Ejército Popular de Liberación (EPL, las Fuerzas Armadas chinas) en torno a Taiwán se mantiene a pesar de las críticas recibidas por parte de las autoridades de la isla y de otros países. China anunció la semana pasada una serie de ejercicios militares en siete áreas cercanas a la antigua Formosa en respuesta a la polémica visita a la región de Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense. Las maniobras iban a realizarse entre el jueves y el domingo. Sin embargo, el gigante asiático las ha mantenido este lunes, y aún no ha comunicado cuándo tiene intención de finalizarlas. Taipéi ha descrito los ejercicios militares como un “bloqueo aéreo y marítimo de facto”. Además, este lunes Pekín ha informado de que llevará a cabo nuevas prácticas de guerra en el mar del Sur de China y que se añaden a las anunciadas el domingo en el mar Amarillo y el mar de Bohai. La escalada no ha impedido la visita a la isla de Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, una de las 13 naciones que mantiene lazos diplomáticos con Taipéi.
El EPL ha anunciado este lunes, a través de la red social Weibo (el Twitter chino), que continúa con los “ejercicios prácticos en el espacio aéreo y marítimo alrededor de la isla de Taiwán”, lo que da a entender que las maniobras con fuego real han concluido, pero que se mantendrá la campaña de presión cerca de aguas taiwanesas. Según el comunicado oficial, los ejercicios se han centrado en operaciones submarinas y ataques aéreos con embarcaciones como blanco. Los de la semana pasada buscaban “probar las capacidades de fuego conjunto para ataques terrestres y aéreos de largo alcance”.
Las autoridades militares chinas no han especificado la ubicación de estas maniobras adicionales ni si se mantienen en vigor las siete zonas alrededor de la isla en las que China ha desplegado su Ejército. Una de estas aéreas de prácticas está situada a solo 20 kilómetros de Kaohsiung, la principal ciudad del sur de Taiwán. Durante cuatro días, aviones y buques de guerra de China sobrevolaron y navegaron más cerca que nunca del territorio taiwanés. Las pruebas, además, incluyeron fuego real y el lanzamiento de misiles balísticos, cuatro de ellos sobrevolaron por primera vez la capital, Taipéi. Además, cinco cayeron en aguas de Japón, provocando una protesta oficial del Gobierno nipón.
El Ministerio de Defensa de Taiwán ha informado que este lunes ningún barco o avión militar chino había entrado en sus aguas territoriales, que se extienden unos 22 kilómetros desde la costa. En las jornadas previas, más de un centenar de vehículos de guerra chinos traspasaron la línea media divisoria, una frontera no oficial, pero que hasta ahora se respetaba de forma tácita. Desde el ministerio de Defensa taiwanés han reiterado que los ejercicios del Ejército chino buscan “minar nuestra moral y amenazar la seguridad nacional”.
Estados Unidos, Australia, Japón y el G7 han condenado las maniobras, que describen como injustificadas. También consideran que buscan cambiar el statu quo del estrecho de Taiwán, 180 kilómetros de mar que separan la isla y la parte continental de China. “No estoy preocupado” ha dicho el presidente estadounidense, Joe Biden. “Me inquieta que estén haciendo todos esos movimientos. Pero no creo que [China] vaya a ir a más”, ha agregado Biden, al salir de la Casa Blanca para visitar a los afectados por las inundaciones de Kentucky, informa Miguel Jiménez.
Por su parte, Pekín mantiene que ha sido Pelosi con su visita la que ha alterado la situación y pide a Estados Unidos que asuma la responsabilidad. La legisladora de 82 años es la personalidad política estadounidense de mayor rango que visita la isla en 25 años. A ojos del gigante asiático, que considera Taiwán una parte inalienable de su territorio, el viaje a Taipéi de la número tres del Gobierno estadounidense supone una socavación del principio Una sola China, bajo el cual se rigen sus relaciones diplomáticas desde 1979. El país también ha respondido sancionando a Pelosi y a su familia cercana, así como congelando la cooperación con Estados Unidos en áreas clave, como el cambio climático.
Únete para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete
La Administración de Seguridad Marítima china ha notificado que entre hoy mañana se realizarán nuevas maniobras en el mar del Sur de China, que se suman a las comunicadas ayer en el mar Amarillo y en el mar de Bohai, que se prolongarán hasta el 15 de agosto y el 8 de septiembre, respectivamente. Además de los ejercicios militares, en los últimos días, Pekín ha intensificado su campaña propagandística con el fin de avivar el sentimiento nacionalista. La cadena de televisión estatal está emitiendo documentales en los que se alaba al Ejército y se desprestigia a Pelosi, mientras que los diarios del Partido Comunista han publicado varios editoriales en los que se afirma que los simulacros serán más frecuentes: “Constituyen un ensayo de las operaciones de reunificación”.
En medio del aumento de la tensión, la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen ha recibido con honores militares este lunes en su Oficina Presidencial al primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves. Esta nación caribeña es una de las 13 (además del Vaticano) que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán en lugar de con China. Antes de su viaje, Gonsalves afirmó que “los ejercicios militares no le impedirían visitar a sus amigos en Taiwán”. En un discurso pronunciado ante Tsai, el mandatario sanvicentino ha afirmado que Taiwán y las Granadinas “son naciones insulares que comparten valores en lo relativo a la protección y la promoción de la democracia y los derechos humanos”. “No apoyamos a ningún vecino poderoso que intenta intimidar”, ha incidido Gonsalves en la undécima visita que realiza a Taiwán como primer ministro, cargo que ocupa de manera ininterrumpida desde 2001.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
50% de descuento
Suscríbete para seguir leyendo