China aprovecha la pandemia para mejorar su imagen en el exterior, según un informe


China ha utilizado la pandemia de coronavirus para dar un impulso a su imagen, bien en la cobertura de medios en todo el mundo o a través de las redes sociales. Un informe elaborado por la Federación Internacional de Periodistas (IFJ, en inglés) publicado este miércoles detecta una movilización de sus diplomáticos, y el uso de una red que ya existía de acuerdos de colaboración y de contactos con medios de comunicación de otros países, para forjar una impresión más positiva sobre el gigante asiático. Según el estudio, esos esfuerzos parecen haber dado fruto: un 56% de los países percibe una cobertura más positiva de China en sus medios de comunicación nacionales desde que comenzó la crisis; solo un 24% —especialmente, Estados Unidos— la ve más negativa.

Europa es el continente que declara un cambio más positivo en la cobertura sobre China, con una puntuación de 6,3 en una escala de 1 al 10, mientras que la imagen de la segunda economía del mundo se desploma en Norteamérica, donde recibe un 3,5 en el estudio de la IFJ. África se mantiene como la región donde la segunda economía del mundo se ve con mejores ojos; Asia, donde se tiene una opinión más crítica.

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En general, los países receptores de vacunas chinas —un 42% de los encuestados en el informe de la IFJ— “resultaron bastante más inclinados a favorecer la narrativa acerca de cómo la rápida movilización y la asistencia médica de China ayudó a otros países, en lugar de la cobertura de prensa que denuncia el encubrimiento inicial de la pandemia”, explicó una de las autoras del informe, Julia Bergin, de la Universidad de Melbourne, en una rueda de prensa virtual. En el estudio participaron asociaciones de prensa de 50 países de todo el mundo entre diciembre de 2020 y enero de este año.

Esta mejora coincidió con un aumento de los esfuerzos de China por aparecer en los medios internacionales. Tres cuartas partes de los periodistas consultados constataron una presencia visible de Pekín en sus medios nacionales en los últimos 12 meses, frente al 64% de un año antes.

Desde 2009, el gigante asiático ha desarrollado gradualmente una infraestructura de contactos con medios de otros países, que incluye la firma de acuerdos de cooperación para compartir contenidos, el suministro de contenidos gratis, la contratación de suplementos publicitarios, o la organización de viajes y cursos de formación patrocinados.

“A medida que la pandemia comenzó a propagarse, Pekín utilizó esta infraestructura de medios en todo el mundo para diseminar narrativas positivas sobre China en los medios nacionales, y movilizó tácticas más novedosas, como la desinformación”, sostiene el informe. En uno de los ejemplos que cita, diplomáticos y portavoces chinos difundieron a través de las redes sociales un vídeo en el que supuestamente vecinos italianos aplaudían la llegada de material médico chino; la realidad era que vitoreaban a su personal sanitario.

El contenido que se ofrece a los medios “se está ajustando cada vez más a las características de cada país”, incluida la traducción de la propaganda china a diferentes idiomas, incluidos algunos, como el serbio, utilizados por un número relativamente reducido de hablantes.

Herramienta de presión

Al mismo tiempo, recuerda el informe, Pekín ha convertido los visados para periodistas en una herramienta de presión. El año pasado expulsó a 18 corresponsales extranjeros. La menor cobertura sobre el terreno, denuncia la IFJ, se compensa “cada vez más con contenido aprobado por el Estado, que a veces se ofrece gratis”, a los países extranjeros. En algunos casos, los países que se han quedado sin reporteros propios han aceptado esos materiales, lo que ha dado como resultado una cobertura más positiva sobre China.

El estudio de IFJ, que analiza en especial detalle los casos de Serbia, Italia y Túnez, encuentra que los periodistas admitieron que entra más contenido de producción china en cada uno de los tres países. Pero todos ellos consideraron que la influencia china en el periodismo de sus países es limitada. En el caso italiano, que sus medios cuentan con “los anticuerpos necesarios” para detectar noticias falsas.

“Y, sin embargo, los resultados de este estudio global muestran que el panorama de la narrativa se está rediseñando, reportaje a reportaje. De modo parecido a la construcción de islas artificiales en el mar del Sur de China, que pasó desapercibida hasta que se convirtieron en instalaciones militares, (el estudio) muestra que China está rediseñando el panorama global de medios país por país”, denuncia el informe.

Narrativa favorable

El uso de los medios de comunicación en el extranjero se complementa con una mayor movilización, mucho más agresiva en la defensa de la narrativa de Pekín, de un ala de la diplomacia china a la que se ha apodado como wolf warrior (lobos guerreros). Estos diplomáticos, junto a trolls pagados, han multiplicado su presencia en las redes sociales para amplificar esos mensajes.

“Esto queda claro en las medidas tomadas por las compañías occidentales de redes sociales, que repetidamente han encontrado grupos de cuentas chinas vinculadas al Estado diseminando narrativas favorables al Partido Comunista de China”, explica la Federación de Periodistas. Según cita, en junio de 2020, Twitter eliminó 23.750 cuentas en el núcleo de una red muy organizada y que utilizaba otras 150.000 cuentas para amplificar sus mensajes. La mayoría de sus textos estaban en chino y difundían narrativas favorables al partido, así como desinformación sobre Hong Kong.

En respuesta al informe, la portavoz del Ministerio de Exteriores chino Hua Chunying ha declarado que “no solo la BBC y la CNN, sino todos los países deben tener su propia voz en el terreno de los medios de comunicación” y China “ciertamente merece tener su propio lugar en el terreno de la opinión pública internacional”.


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