EL PAÍS

China impulsa su papel de mediador al enviar a un representante especial a Kiev y Moscú


Vladímir Putin y Li Hui, en mayo de 2019 en Moscú.Xinhua / Zuma Press / ContactoPhoto

China ha anunciado este viernes otro paso más en su estrategia para mediar en la guerra en Ucrania. El Ministerio de Relaciones Exteriores ha anunciado una fecha para la que será la primera visita de un alto cargo chino a suelo ucranio desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022. Li Hui, representante especial del Gobierno chino para asuntos euroasiáticos (y antiguo embajador en Moscú), se desplazará a Europa el próximo lunes, en un viaje que le llevará a Rusia, Ucrania, Polonia, Francia y Alemania para “comunicarse con todas las partes sobre una solución política a la crisis”.

El Ejecutivo chino anunció que tenía intención de mandar un enviado especial “para mantener una comunicación en profundidad” a finales de abril, tras la llamada telefónica del presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo ucranio, Volodímir Zelenski, la única que ha tenido lugar desde el estallido del conflicto.

“La visita de representantes chinos a países relevantes es una manifestación más del compromiso chino de promover la paz y el diálogo, y demuestra que China está firmemente en el lado de la paz”, expresó este viernes el portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin, durante su rueda de prensa diaria. “Desde el estallido de la crisis ucrania, China siempre ha mantenido una postura objetiva e imparcial y ha promovido las negociaciones de paz”. reiteró Wang, en línea con el discurso oficial.

Desde Occidente no se ve tan claro: Pekín evita denominar el conflicto como “guerra”, no ha condenado la invasión, y el presidente Xi no habló con Zelenski hasta un año y dos meses después del inicio de esta, mientras que sí lo ha hecho con el ruso Vladímir Putin en varias ocasiones. Aun así, China ha buscado en los últimos meses transmitir que ejerce un papel de peso en el teatro geopolítico y que ofrece una alternativa al liderazgo global de Estados Unidos.

En febrero, presentó un documento de posición —que no un plan de paz— para alcanzar una “resolución política de la crisis”. El texto fue recibido con frialdad por Washington y Bruselas. Pero el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, expresaron durante sus recientes visitas a China que algunos de los puntos son “interesantes”, como el “respeto a la integridad territorial” y el rechazo rotundo a una guerra nuclear.

En su comparecencia de este viernes, el portavoz Wang apuntó que “la comunidad internacional está pidiendo un alto al fuego y que se rebajen las tensiones”. “China está dispuesta a continuar desempañando un papel constructivo y a promover el consenso internacional para iniciar las negociaciones de paz”, aseguró. “China tiene la disposición de contribuir a alcanzar una solución política para la crisis de Ucrania”, enfatizó Wang.

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Analistas internacionales consideran que Xi podría ser el único con capacidad de convencer a Putin de poner fin a la guerra. Los dos “buenos viejos amigos” —como el ruso definió su relación con su homólogo chino en el último encuentro— firmaron una “amistad sin límites” días antes de que comenzase la invasión, y sus países mantienen una importante asociación estratégica. Pero, al mismo tiempo, esos lazos tan estrechos han hecho saltar las alarmas en más de una ocasión en Occidente, ante la posibilidad de que Pekín ayudase militarmente a Moscú.

Bajo esta coyuntura, la expectación ante la visita de Li Hui a Ucrania y Rusia la próxima semana es grande. Li, de 70 años, es un alto funcionario bien curtido en el modus operandi de la diplomacia del gigante asiático en las últimas décadas. Fue embajador en Rusia entre 2009 y 2019, un puesto que se le asignó en el último quinquenio de la Administración de Hu Jintao y que mantuvo con el Gobierno de Xi. Este diplomático de carrera forma parte de la generación de chinos que nació cuando sus padres idolatraban el sistema soviético, creció cuando las relaciones políticas empezaron a deteriorarse tras la muerte de Stalin, en 1953, y vivió un nuevo acercamiento entre Moscú y Pekín a raíz de la necesidad de China de potenciar sus exportaciones cuando su condición de primer exportador mundial todavía estaba en ciernes.

Li también fue embajador en Kazajistán entre 1997 y el 2000. Pese a su amplio conocimiento de las naciones que formaron parte de la extinta Unión Soviética, su condición de mediador imparcial puede generar desconfianza en Kiev: Li nunca ha ocultado su postura de alineamiento con el Kremlin en diversas publicaciones en medios rusos y chinos. En julio de 2019, cuando finalizaba su puesto en Moscú, escribió a modo de despedida en la agencia de noticias rusa TASS un artículo titulado La amistad eterna como las montañas siempreverdes. En el texto, afirmaba que “independientemente de dónde me encuentre o qué cargo asuma, me dedicaré, como siempre, a la causa de la amistad sino-rusa y seguiré utilizando mis 44 años de experiencia en la labor diplomática con Rusia para contribuir al desarrollo de las relaciones bilaterales”.

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