La FIA anunció este viernes la sanción impuesta a Red Bull por superar los límites de costes de 2021. Red Bull superó en 1.864.000 libras (2.16 millones de dólares) el techo presupuestario, establecido por normativa en un máximo de 145 millones de dólares en 2021. Es decir, Red Bull superó en un 1.86% el techo presupuestario, por lo que se consideró una infracción “leve” porque no se excedió en un 5% respecto al total permitido. Los de Milton Keynes decidieron aceptar el acuerdo de sanción propuesto por la FIA, conscientes de que para ello debían admitir su error, pero que de no hacerlo, se exponían a sanciones que podían ser mayores. Por ello, aceptaron la sanción de 7 millones de dólares y la reducción del 10% de su túnel de viento para el próximo año, que supone un 7% menos real de pruebas aerodinámicas para 2023. Se rumoreaba que dicha sanción podía ser de hasta un 25% de ese tiempo de pruebas, pero finalmente fue menor. Sin embargo, Christian Horner se mostró indignado por lo mucho que asegura que puede costarle a su equipo esta sanción en el desarrollo del monoplazas de 2023.
“Obviamente, la parte más draconiana es la penalización deportiva, que es una reducción del 10% en nuestra capacidad para utilizar nuestro túnel de viento y herramientas aerodinámicas. Escuché a personas informar hoy que eso es una cantidad insignificante. Déjame decirte ahora que es una cantidad enorme. Eso representa entre un 0”25 y medio segundo de tiempo por vuelta. Tiene un efecto directo en el coche del próximo año y estará vigente por un período de 12 meses”, apuntó Horner.
La sanción era de un 10% sobre el tiempo que ya disponía Red Bull. Al ser el campeón de 2022, disponía de un máximo permitido del 70% del tiempo total para el uso de túnel de viento y simulaciones CFD. Ese 10% se aplica en el 70 que tenía disponible Red Bull por su posición de campeón de 2022, por lo que se convierte en una reducción real del 7%: Red Bull pasa de tener un 70% de tiempo para el uso del túnel de viento, a un 63% final.
Para Honer, la pérdida es muy importante, teniendo en cuenta que el segundo clasificado (Ferrari) tendrá el 75% y el tercero (Mercedes), el 80%. Todo ello, como parte del hándicap aerodinámico introducido desde 2021 en el que por normativa se le da más tiempo de túnel de viento y simulaciones al equipo que peor queda en el campeonato, de forma escalonada en función de la posición para promover una mayor igualdad entre conjuntos pequeños y grandes.
“Al ganar el campeonato de constructores, obviamente, nos convertimos en víctimas de nuestro propio éxito. Además de ese 10% (de diferencia inicial de tiempo para pruebas aerodinámicas que hay entre el primero y el segundo del Mundial), tener un 5% de desventaja más en comparación con el segundo… solo para mayor claridad: tendremos un 15% menos de tiempo en el túnel de viento respecto al segundo mejor equipo en el campeonato de constructores y un 20% menos que el tercero. Una cantidad draconiana. Entonces, ese 10% puesto en la realidad, como digo, tendrá un impacto en nuestra capacidad para rendir en la pista el próximo año”.
Defiende que no se beneficiaron de la infracción
Horner ya dijo en Austin que el haber superado levemente el límite presupuestario no tuvo implicación en el coche de 2021 ni en la creación del monoplaza ganador de 2022. Y esta vez, se reafirmó: “Mantengo la afirmación de que no hubo ningún beneficio”.
Pero en Mercedes y Ferrari no piensan lo mismo. Si gastaron más en otros aspectos, pudo suponer que ese dinero no lo dejaran de gastar en su coche. Ahí puede estar la implicación directa de este asunto sobre su coche. Sin ir más lejos, Hamilton ya dijo en Singapur que le extrañó que en 2021 Red Bull llevara a la pista hasta 4 evoluciones más que un Mercedes que tuvo que parar de mejorar su monoplaza a mitad de año, en Silverstone. Y además, dejó claro que le hubiera bastado con tener 300.000 dólares más para gastarlos en un alerón o un suelo nuevo y que con ello el final del Mundial habría cambiado porque hubiera tenido un mejor coche. Ese Mundial se definió en la última vuelta entre Verstappen y Hamilton, por lo que cualquier mejora en el coche de Lewis pudo decantar el título a su favor.
No obstante, Horner sigue asegurando que la infracción de su equipo fue por un simple tema de interpretación de la normativa y aplicación contable, ya que gastaron más por temas de catering para su mejor personal y por pagar alguna baja por enfermedad. Nada relacionado directamente con el coche “Ahora, si nos pasamos porque pagamos una baja por enfermedad, si nos pasamos porque pagamos a personas que sentimos que no estaban en el tope en términos de costes dentro del catering… no se gastó ni un centavo en el rendimiento del coche. Y estoy asombrado de que no haya otros equipos que se hayan encontrado en esta posición, pero bien por ellos, que ocho de los equipos cumplieran con la norma plenamente”.
“Creo que, como digo, hay lecciones que aprender. ¿Vimos alguna actuación en pista? No. ¿Hay cosas que podríamos haber hecho mejor desde una perspectiva contable? Por supuesto, hay lecciones que se han aprendido. Pero no solo de nuestro lado, creo que de todos los lados”, finalizó.
Esta situación deja muchas reflexiones
Es lógico que Christian Horner se muestre enfadado. Debe formar parte de su papel. De mostrarse encantado ante la sanción de la FIA, todo perdería sentido. Pero en realidad, muchos se preguntan si una sanción así por incumplir una normativa tan importante realmente puede hacerle daño a Red Bull. Los 7 millones no serán problema para ellos. Y muchos creen que la reducción del túnel de viento, menor a lo esperado, quizás no sea tan grave para Red Bull como dice Horner. Ya disponen de un coche campeón para 2023 con su base de 2022 y el mayor tiempo que tengan sus rivales para realizar pruebas no garantiza que vayan a dar con la tecla para alcanzarles.
Y todo esto deja una gran duda. La principal: ¿Será esta sanción lo suficientemente importante como para frenar que otros equipos puedan saltarse el techo presupuestario en los próximos años? Esa es la pregunta clave.