Christian Gálvez y Almudena Cid, su NO 12º aniversario de boda

El 7 de agosto de 2010, tras tres años de noviazgo, Almudena Cid y Christian Gálvez pasaron por el altar para jurarse amor eterno en la finca Los Ángeles, ubicada en Torrelodones (Madrid). Su historia de amor comenzó hace ya 15 años en el plató de Pasapalabra, cuando el presentador y la invitada del espacio experimentaron en primera persona el amor a primera vista, un romance que terminó de la peor de las maneras.

Almudena Cid y Christian Gálvez en su boda / Gtres
Almudena Cid y Christian Gálvez en su boda / Gtres

Después de quedarse en blanco en su programa y rechazar el abrazo de la gimnasta al finalizar la grabación, el escritor no paró hasta hacerse con el teléfono de la mujer que había conseguido robarle el corazón. Tras alguna que otra llamada telefónica, ambos accedieron a tener una primera cita para conocerse en una bolera de la capital. Poco a poco, su aventura se convirtió en una historia de amor, poniendo el broche de oro a su relación comprometiéndose durante una escapada romántica a París. Pero como todo en la vida, su romance llegó a su fin.

Almudena Cid y Christian Gálvez paseando de la mano / Gtres
Almudena Cid y Christian Gálvez paseando de la mano / Gtres

En diciembre de 2021, los medios de comunicación se hicieron eco de una de las rupturas más sonadas y polémicas del año. Tres meses después, el conocido presentador afirmó públicamente haberle dado una segunda oportunidad al amor, de la mano de una de sus compañeras de Mediaset, Patricia Pardo. “Pasiño a pasiño faise o camiño. Son rosas, florecerán”, escribió el de Móstoles en su cuenta de Instagram. Un post al que reaccionó su actual pareja: “Pois camiñemos”. Una relación que no solo pilló por sorpresa al mundo del corazón, sino a la deportista olímpica también, que quiso abordar esta nueva etapa centrándose en sí misma: “Estoy bien. No tengo nada que decir en este momento, paso palabra”.

Christian Gálvez y Patricia Pardo de la mano / Gtres
Christian Gálvez y Patricia Pardo de la mano / Gtres

Pero no todo quedó ahí y la ruptura se convirtió en una guerra mediática donde se lanzaron mutuamente algunos dardos envenenados. Mientras Christian Gálvez fue profesando públicamente el amor que sentía hacia su nueva ilusión, Almudena Cid se mostró de lo más desolada, intentando llevar de la mejor manera el que ha sido el duelo más complicado de su vida. Tras confesar haberse sentido engañada, la exgimnasta fue pillada hablando con Melani Olivares de su ruptura: “Yo le dije estate tranquilo, ten un poco de paciencia. Date un año”. Un giro de 180 grados en su vida que le pilló completamente por sorpresa: “¡Lo dejamos! Yo me quedé como así…Nos habíamos dado un espacio…Y me dices esto”. Al borde del llanto, Cid sentenció la conversación con una de las frases más conmovedoras: “Esto no está siendo fácil. Estaba muy unida a él”.

Almudena Cid y Christian Gálvez abrazados / Gtres
Almudena Cid y Christian Gálvez abrazados / Gtres

Cuatro meses después de su separación, Christian y Almudena pudieron firmar el divorcio, llegando a un acuerdo en el momento más polémico de su relación. Lejos de convertirse en una expareja que mantiene la relación de amistad, ambos aceleraron el proceso con la intención de romper, de una vez por todas, los vínculos que les unían. Aunque se casaron en régimen de separación de bienes, el presentador quiso aceptar las peticiones de su exmujer cediéndole un loft valorado en 225.000 euros, un coche, una furgoneta y dos plazas de garaje. Por su parte, el conductor de Pasapalabra se quedó con la casa familiar de Boadilla del Monte en la que vivieron sus mejores años de relación.

Ahora, con las heridas de la ruptura ya sanadas por completo, la exgimnasta parece haber recuperado la ilusión de la mano de Gerardo Berodia, un exfutbolista del CD Lugo de 41 años que inició su carrera en el Real Madrid. Tras haber pasado también por una dolorosa ruptura, algunos medios de comunicación apuntan a que el madrileño le habría dado una segunda oportunidad al amor con Almudena. Juntos, están atravesando una situación sentimental similar, razón por la que se habrían convertido en perfectos confidentes y compañeros de vida.


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