El que 300 mil empleadores formales estén en suspensión, sin ingresos ni certeza de reapertura, indica que el cierre de empresas podría continuar: BBVA.
La pandemia ya produjo en el país más cierres de empresas grandes que la crisis financiera de 2008-09, ha ocurrido en solo dos meses y la tendencia podría seguir, señala el área de análisis económico de BBVA México.
El estudio conforma la percepción de que las más golpeadas por la actual crisis son las empresas micro y pequeñas, al consignar que representan 65.5% del total, pero en la crisis financiera pertenecían a ese sector 86.5% de las empresas desaparecidas.
Deja ver también que en el caso de las medianas el impacto de la pandemia es comparativamente más alto, con una tasa de cierres de 27.1%, contra 8.9% en 2008-09.
“Es importante señalar que a pesar de que en volumen el mayor número de empresas que han cerrado son micropequeñas, la tasa de mortalidad o cierre es mayor para las medianas y grandes. De manera comparada, las empresas medianas tuvieron una tasa de cierre de 2.3 durante la crisis de 2008-09 respecto a la tasa de 5.9 actual y en el caso de las empresas grandes la tasa de cierre sube a 6.1, respecto la tasa de 2008-09 que fue de 3.4”.
El estudio denominado La pérdida de empleos no ha tocado fondo: empresas medianas y grandes con tasas de cierre más altas destaca también que la pandemia ha dejado como saldo una pérdida de más de 1 millón de empleos formales en tan sólo tres meses, y que, dada la incertidumbre sobre la reactivación económica y el número de empresas cerradas e inactivas, se prevé una mayor profundización de la pérdida de empleos.
Indica que 92.4% de los empleos perdidos estaban en la escala menor de ingresos, con hasta dos salarios mínimos, y que 9 mil 900 patrones formales del IMSS se dieron de baja en abril y mayo, de los cuales 65.5% eran micro y pequeñas empresas.
Añade que los riesgos sobre el mercado de trabajo siguen latentes y no han tocado fondo, y cita los datos de la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) que indica que cerca de 600 mil empleadores se quedaron en suspensión temporal y sin recibir ingresos, y con una alta incertidumbre acerca de si podrán reactivar sus actividades.
“Dado este volumen de empresas paradas por inactividad es muy probable que el cierre de empresas se incremente y sus empleados engrosen el empleo informal, desempleo y los niveles de pobreza laboral”, indica.
La mitad de las empresas en suspensión temporal sin recibir ingresos (300 mil) son formales, el equivalente a 30% del total de empleadores del sector inscritos en el IMSS, en tanto que, añade el estudio, 11 mil 800 empleadores del sector informal transitaron a la desocupación.