EL PAÍS

Cinco medios independientes acusan al Kremlin de pagar a políticos europeos por apoyar la anexión de Crimea

En 2016, dos años después de la anexión ilegal de Crimea por Rusia, los parlamentos nacionales de varios países europeos tramitaron resoluciones que instaban a levantar las sanciones impuestas al Kremlin y a reconocer las fronteras trazadas por mandato del presidente Vladímir Putin. Los impulsores de estas iniciativas no informaron de que mantenían contacto directo con la Cámara baja del parlamento ruso, donde un asistente presupuestaba estas medidas en 20.000 euros, más otros 15.000 si tenían éxito, según una investigación conjunta de varios medios de Rusia, Italia y Estonia.

A la izquierda, dos hermanos que combaten juntos en el frente y a la derecha, el ex-ministro de Defensa ucranio. Foto: Reuters | Vídeo: EPV

El origen de la acusación procede de la filtración de unos 20.000 correos entre 2007 y 2017 de un asistente de Duma Estatal. Sarguis Mirzajanián y sus colaboradores operaban bajo la marca “Agencia Internacional para la Política Actual” tras la anexión de la península del mar Negro. El primer punto de su documento preveía “la organización de protestas en la Unión Europea con el objetivo de desacreditar eventos o personas que contradigan la política exterior de la Federación de Rusia”, según han revelado las plataformas de investigación IRPI, OCCRP, Eesti Ekspress, Profil y Vazhnye Istorii, esta última designada organización indeseable por las autoridades rusas.

Estos medios explican que los correos habrían sido supuestamente obtenidos por un grupo de hackers ucranios en 2020, y en ellos figura como enlace directo de Mirzajanián otro ayudante de Vladislav Surkov, el político del Kremlin al que Putin encomendó en 2014 la gestión del territorio ucranio de Donbás tras introducir allí militares rusos.

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El político italiano Stefano Valdegamberi ha sido uno de los grandes defensores de Putin en su país. En mayo de 2016, su moción convirtió al parlamento regional de Véneto en la primera institución oficial europea en reconocer la península como parte de Rusia. “Nunca he actuado por interés (…) y no me pliego a lo políticamente correcto”, manifestaba hace una semana. La filtración le ha puesto ahora contra la espada y la pared.

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“¡Ha sido una bomba! En la resolución: 1) reconocimiento de Crimea; 2) levantar sanciones; 3)¡Golpe a [Federica] Mogherini (entonces jefa de la diplomacia de la Unión Europea)!”, escribió Mirzajanián a uno de sus empleados en abril de 2016 al lograr el apoyo de Valdegamberi.

Liga Norte y Partido de la Libertad

Después también se sumarían las regiones de Liguria y Lombardía. En otro correo fechado en junio de ese año aparecería otro plan de acción titulado “Resoluciones de Austria e Italia”, donde se indicaba que Paolo Tosato, senador y compañero de Valdegamberi en la Liga Norte, presentaría la resolución en el Senado, y se acompañaba el correo con el presupuesto de decenas de miles de euros.

Aquel mes, tanto Tosato como el legislador austriaco Johannes Hübner, del Partido de la Libertad, presentaron sendas mociones que fueron rechazadas por sus respectivas cámaras. Aunque tuvo más éxito otra presentada en julio en Chipre, que incluía también levantar las sanciones contra ciudadanos rusos y abogar por el cumplimiento de los acuerdos de paz de Minsk.

Los políticos italianos y austriacos negaron haber recibido ningún pago de Moscú. Pero el hijo de un empresario chipriota que donó 15.000 euros al partido que logró aprobar la resolución confirmó haber actuado como intermediario con Mirzajanián. Según su versión, el pago del empresario Serguéi Kozlo “fue solo un agradecimiento” a la formación política.

Los correos también incluyen la coordinación entre Mirzajanián y el diputado y actual líder del populista Partido Liberal-Demócrata de Rusia, Leonid Slutski, para conseguir que políticos y activistas europeos asistieran a conferencias en Crimea y actuasen como observadores internacionales de varios comicios rusos, entre ellos Valdegamberi.

Por ejemplo, para el Foro Económico Internacional de Yalta de 2016 se presupuestaron 21.500 euros bajo el epígrafe “honorarios” para nueve políticos de Austria, Alemania, Italia, República Checa y Polonia.

Aquel mismo año Valdegamberi no solo bendijo la anexión rusa de Crimea. El político italiano también intervino varias veces en el canal del Kremlin, Russia Today, donde defendió las iniciativas impulsadas por su parlamento regional para promover la autonomía del Véneto en plena ola separatista en Europa, la cual tuvo la sombra del apoyo de Moscú detrás, incluido el procés; y apoyó los axiomas de Putin al afirmar que “todas las acciones de la UE están indicadas por Washington”.

La última aparición de supuestos “observadores extranjeros” favorables al Kremlin tuvo lugar en septiembre, durante el pseudoreferéndum de anexión de los cuatro territorios ocupados en Ucrania. Pese a las enormes irregularidades del proceso, ejecutado en el territorio de otro país soberano en plena guerra, y que no contaba ni siquiera con un censo de votantes, como constató este periódico en el colegio electoral de Tver, aquellos observadores afirmaron que fue un plebiscito limpio. El portavoz de Exteriores de la UE, Peter Stano, afirmó que los ciudadanos europeos que fueron partícipes de aquel acto podrían ser sancionados.

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