Hay cinco motivos para pensar que puede haber machada en las Finales de la NBA a pesar del dominio abrumador del ‘Joker’ y sus Nuggets
3-1 en las Finales. Los Nuggets lo tienen todo controlado. Y a Nikola Jokic y Jamal Murray no hay por donde meterles mano. No es sólo remontar, sino que parece poco menos que imposible que los Heat puedan ni siquiera arañar un partido para inquietar a Denver. Pero hay una serie de motivos para la esperanza para la hinchada de Miami, para mayor aliciente de un público neutral que cuanto más caviar mejor. Cinco razones para no dar las Finales por finiquitadas.
Morbo ante la adversidad
La cultura de los Heat
Los Heat son los Heat. Sólo por eso, por su identidad y sus exhibiciones ante la adversidad, merecen un voto de confianza. En los mandamientos de la tan mencionada cultura del conjunto de Florida se visualiza y se cree en la locura del calibre de remontar un 3-1 en unas Finales. Y quién mejor que recordarlo que el símbolo más ancestral en el vestuario de esta manera de vida.
“Si hay un equipo que puede ir y ganar uno en cualquier momento y en cualquier parte, somos nosotros”, advirtió Udonis Haslem, 43 años, 20 en los Heat y 3 anillos en Miami, a donde llegó, cómo no, no drafteado. Nadie ha remontado más partidos de diferencias superiores a 10 puntos en playoffs como los Heat en los últimos 25 años, hasta 21.
Por no hablar de todo por lo que han tenido que pasar en estos playoffs, empezando con las lesiones de Tyler Herro y Victor Oladipo y contra todo en el Game 7 de Finales de Conferencia, en Boston ante unos Celtics que llegaban lanzados tras empatar un 3-0.
“Hemos estado en esta situación todos los playoffs con la gente dándonos por eliminados y diciendo que somos un equipo de no drafteados, pero estamos en las Finales de la NBA por una maldita razón”, advirtió tras el encuentro Kyle Lowry. La adversidad simplemente les da morbo a los Heat.
El Cavaliers-Warriors de 2016
El precedente de LeBron… y Kevin Love
Sólo una vez un equipo se ha levantado de un 3-1 en unas Finales para acabar alzando el Trofeo Larry O’Brien. Sólo lo ha hecho LeBron con aquella memorable remontada de los Cavaliers contra los Warriors en 2016 para culminar aquella bonita historia del chico nacido en Akron.
Lo que primero sugiere eso es que, antes de aquella epopeya, LeBron militó y ganó dos anillos en los Heat. Pero, la gracia del asunto, es que Miami tiene a uno de los autores de aquella gesta en su vestuario que les puede contar de primera mano cómo remontar un 3-1: Kevin Love. El interior ya fue el factor X del triunfo en el Game 2 y puede ser instigador de una hipotética remontada.
Aparte de ese precedente, los hay de otros más recientes que demuestran que la empresa no es imposible aunque no hablemos exactamente de la misma desventaja ni escenario: los Bucks remontaron a los Suns un 2-0 en las Finales de hace dos años y los mismos Heat vieron cómo los Celtics les empataban un 3-0 en las Finales del Este pese al final feliz para los de Erik Spoelstra.
La pizarra que todo puede hacerlo
Erik Spoelstra
Aunque también será su trabajo estimular el componente emocional mencionado, no hay que olvidar el aspecto táctico que tan bien disecciona Erik Spoelstra. La capacidad del técnico para ajustar e ir más allá sin la que no se entiende lo que han hecho los Heat es otro motivo de peso.
Pese a que hincarle el diente a la pareja Jokic – Murray es de lo más complejo que hay, ‘Spo’ fue capaz de revertir la superioridad táctica lograda por los Celtics con un recital de pizarra en el Game 7 con un autoritario 84 – 103.
Limitar al dúo de Denver será fundamental, pero el quid de la cuestión recae más en reanimar el ataque. Después de todo, los Nuggets han acabado con anotaciones similares en todos los partidos -entre 104 y 109-, siendo los puntos de los Heat lo que ha marcado la diferencia, por debajo de 100 en las tres derrotas y ganando en la única vez que pasaron de los 100 (108-111).
Parece que Miami tiene que rediseñar por completo su ataque para estimularlo. Pero Erik Spoelstra puede hacerlo.
“Sabemos que vamos a ganar 4”
El profeta Jimmy Butler
Es una obviedad que la calidad y el carácter de Butler es otro argumento, pero, aparte, está sus hasta el momento infalible don de profeta.
Tras caer los Heat eliminados en el Game 7 de las Finales de Conferencia del año pasado contra los Celtics, Jimmy ‘Buckets’ vaticinó que “ el año que viene tendremos suficiente y vamos a estar en la misma situación, y vamos a conseguirlo”.
Tras perder el Game 6 de las Finales del Este aseguró que iban a “conseguirlo”. Pero lo bueno también es que a la tenista Coco Gauff le ofreció entradas para que fuera a verlo a las Finales antes de que los Heat se metieran en playoffs.
“Estés 3-0 arriba o 3-0 abajo, tienes que conseguir 4 victorias y sabemos que vamos a lograrlas”, aseguraba el alero tras perder el primer duelo en estas series ante los Nuggets.
El cumplimiento de una nueva profecía empezará por el propio Butler, quien ha ido subiendo su nivel en estas Finales pero sin alcanzar el de las anteriores eliminatorias cuando el Butler que parece que verdaderamente necesitan los Heat en estos momentos es más bien el de los Bucks y sus 56 puntos.
Un hechizo infalible
La maldición de Taylor Swift
Esto va de baloncesto que de supersticiosas maldiciones, pero lo cierto es que, como las osadas predicciones de Butler, lo de Taylor Swift ha sido también hasta el momento infalible. Todas y cada una de las ciudades con conjuntos NBA por las que ha pasado o pasará la cantante en su gira han visto cómo su equipo ha caído eliminado en estos playoffs: Lakers, Warriors, Celtics, Sixers, etc. Y así como tiene previsto actuar en Denver en julio, Swift no visitará Miami.
Lo más curioso es que los Nuggets han sido el equipo más beneficiado por la maldición -en todas las rondas-, pues Minneápolis, Phoenix y Los Ángeles han visto o verán actuar a la artista estadounidense.
Entre su cultura y profecías y brujerías, los Heat se agarran a lo que sea para salvar su historia. Igual que a ellos les da igual lo que piense la gente de ellos, a nadie le importará su hito de llegar a las Finales con lo poco que tienen y lo mucho que han sufrido por bonito e inspirador que sea. La memoria sólo se acuerda de los campeones.
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