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Clark Gable, 60 años sin el gran seductor de Hollywood


Conocido como el Rey de Hollywood, Clark Gable murió hoy hace 60 años a la edad de 59 años. Un ataque al corazón acabó con su vida en Los Ángeles, dos meses y medio antes del estreno de Vidas rebeldes. “El rey ha muerto” proclamó el New York Times en un obituario dedicado a un genio del celuloide que ganó un Oscar por el filme Sucedió una noche (1934) y participó en más de 70 películas. Se casó cinco veces y conquistó a decenas de mujeres, aunque su fama de galán quedó en entredicho por una polémica biografía que aseguró que tuvo relaciones homosexuales. En la obra Clark Gable: tormented star (Clark Gable: estrella atormentada), del escritor David Bret se califica a la estrella de “bisexual reprimido”. Según el autor autor especializado en elaborar biografías de celebridades, Gable mantuvo relaciones sexuales con hombres para ascender en Hollywood. “Era parte de la rutina para darse a conocer en Hollywood. Eso sucede hoy en día”. Según comentó Bret, Gable se dejó seducir por actores homosexuales —conducta inaceptable entonces— como Earle Larimore, Rod La Rocque y William Haines, que “fueron grandes estrellas del cine mudo y en aquella época eran muy influyentes en los estudios”. Carole Lombard fue el gran amor de su vida pero también fueron famosos sus romances con Grace Kelly y Joan Crawford.

Hijo de William Henry Gable, un perforador de pozos petroleros, su madre Adeline Hershelman moría cuando contaba él tenía solo siete meses. Su padre era protestante y su madre católica. Desde muy joven deseó ser actor de teatro. Glark Gable estudiaba a escondidas y a los 20 años se fugó con una compañía itinerante. Fue vendedor de corbatas y caricaturista antes de encontrar otra compañía dirigida por la actriz Josephine Dillon, 14 años mayor que él y con la que se casó. Llegaron a Hollywood, donde Glark Gable interpretó algunos pequeños papeles en películas de Lubitsch y de Stroheim. Aunque solo después de otras tentativas teatrales y gracias a Lionel Barrymore entró en la MGM. Hubiera quedado encasillado en papeles de bruto (lo encontraban feo) si una serie de actrices como Joan Crawford, que no compartieron los prejuicios del estudio en cuanto a su físico, no le llegan a enseñar su oficio. Se divorció en 1930 de Josephine Dillon para casarse con otra mujer de más edad y también adinerada llamada Rhea Langham.

Basó su encanto en su irreprimible sed de conquista. Glark Gable fue cazador en Sucedió una noche, aventurero en Mares de China, amotinado en Rebelión a bordo, galán en San Francisco, y sobre todo, fue el Rhett Buttler de Lo que el viento se llevó. En Mentira latente coincidió con Carole Lombard, con la que se casó en 1939 tras su divorcio de Langham un mes antes. Carole falleció tres años después en un accidente de avión y Gable cayó en una profunda depresión que lo llevó a abandonar el cine durante tres años. En ese tiempo sirvió en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial. Se casó en 1949 con Sylvia Ashley (exesposa de Douglas Fairbanks) y en 1955 con Kay Spreckles, con la que tuvo su único hijo John Clark que nació cuatro meses después de que el corazón del actor dejase de latir.

El look inmaculado que lució en la gran pantalla fue un fiel reflejo de la obsesión del actor por la limpieza y la pulcritud. Su inconfundible bigote, fino y recortado con inusitada precisión, era el acompañamiento perfecto para una vestimenta acorde con la moda de la década de los 30 y 40 pero que introducía algún que otro toque innovador como lo fue por aquel entonces el jersey de cuello alto. El intérprete no dudó en expresar en varias ocasiones su pasión por la chaqueta, una prenda que consideraba su amuleto de la buena suerte. En Mogambo, a pesar de vestir de manera menos formal, logró uno de sus looks más memorables gracias a esa chaqueta de Safari en color beige y el pañuelo anudado al cuello. Esta vertiente aventurera también tuvo su reflejo en Más allá de Missouri, aunque en esta ocasión fue su sombrero de cowboy lo que atrajo todas las miradas.

Hace dos años, el actor volvió a ser actualidad al aparecer la secuencia del desnudo de Marilyn Monroe en Vidas rebeldes. Se pensaba que había sido destruida en un cuarto de montaje con el resto del celuloide descartado. Y al final estaba en una lata dentro de un despacho cerrado a cal y canto. No era una leyenda: Marilyn Monroe rodó en 1960 una secuencia con desnudo para Vidas rebeldes, la película de John Huston que supuso la última aparición de la actriz en la gran pantalla.

De aquella secuencia existía testimonio gráfico, material de fotofija, en el que se veía a Monroe cubierta solo con una sábana ante Clark Gable en una cama. Los testigos aseguraban que la acción proseguía con ella dejando caer la tela. Ahora el escritor Charles Castillo, que ha estado investigando en la vida de la estrella para su libro Marilyn Monroe: The Private Life of a Public Icon (St. Martin’s Press), asegura haber encontrado esa secuencia que Huston descartó porque pensó que era innecesaria para la historia. Castillo entrevistó a Curtice Taylor, hijo de Frank Taylor, el productor de Vidas rebeldes, fallecido en 1999, y él le dio acceso al despacho de su padre, que había permanecido clausurado desde su muerte. Según su vástago, Frank Taylor pensó que aquel material era lo suficientemente importante como para conservarlo. Si la secuencia se hubiera mantenido en el montaje definitivo, habría sido el primer desnudo de una estrella estadounidense en una película sonora de una major, los estudios de Hollywood. Vidas rebeldes es, además, un western muy especial, empezando porque fue la última película que rodaron dos de sus protagonistas: Monroe y Clark Gable. El actor falleció 10 días después de acabar el rodaje de un infarto de miocardio.


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