No es habitual encontrar en el deporte español a una seleccionadora nacional. Sí ocurre en otros países con los exitosos ejemplos de Sarina Wiegman con Holanda e Inglaterra o de Pia Sundhage con Estados Unidos y Brasil, ganadoras de Europeos y de Mundiales. No obstante, la selección española femenina de fútbol sala ha decidido apostar por una mujer en los banquillos y el resultado no ha podido ser mejor.
Clàudia Pons ha roto barreras y ha fulminado registros en este Europeo. Este domingo ha conquistado su tercer título continental consecutivo con un triunfo inapelable en la final ante Ucrania por 5-1 para consolidar a España como la gran potencia del momento.
Un pleno para una seleccionadora con un palmarés espectacular. Además, en esta Euro fue una vez más la única seleccionadora en un banquillo, a diferencia del resto de equipos.
La barcelonesa llegó al cargo en 2018 y desde entonces no ha dejado de cosechar éxitos. Llegó al cargo en 2018 y acumula 57 partidos, con 41 victorias, ocho empates y ocho derrotas. Unas cifras que hablan de la gran labor que está realizando junto a su cuerpo técnico.
Así se expresaba tras la final: “Han sido años complicados. Hemos preparado un Europeo en menos de un año con bajas importantes y estoy muy orgullosa de cómo lo han hecho las jugadoras. El hecho de ganar nos mete más presión, hay que aceptarlo y exigirnos para seguir ganando. La clave es mantener el hambre y la ambición. Hay que pensar en nuevos retos como puede ser el Mundial”.
Para la seleccionadora, la clave es que “tenemos una Liga que es muy competitiva, el trabajo en los clubes es cada vez con mejores condiciones y cuando llegan a la selección intentamos ayudarlas en todo lo posible. Hoy era una final y es difícil porque hay muchas emociones, pero la experiencia y el haberlo preparado muy bien hace que el resultado haya sido positivo”.