Hubo una época en el
Atlético de Madrid en la que la banda izquierda tenía nombre propio: el ‘Ala infernal’ de Joaquín Peiró y Enrique Collar. Este último, el cuarto futbolista con más partidos en la historia rojiblanca, jugó un año en el Cádiz: una cesión en familia en la que coincidió con tres de sus hermanos.
Fueron cuatro los Collar que militaron en aquel Cádiz que en la temporada 1952-53 trataba de ascender a Segunda División: el delantero Juan de Dios Collar “Collar I”, el interior derecho Pepe Collar “Collar II”, el interior izquierdo Antonio Collar “Collar III” y el extremo zurdo Enrique Collar “Collar IV”.
Una situación excepcional en la historia del fútbol español, en la que cuatro hermanos oriundos de la localidad sevillana de San Juan de
Aznalfarache, pero criados luego en Madrid debido a un traslado familiar por motivos laborales, coincidieron en la plantilla gaditana, aunque con orígenes diferentes.
Enrique y Antonio fueron cedidos por el Atlético al club gaditano con el objetivo de que se fueran forjando como futbolistas, mientras que Juan de Dios llegó procedente de la UD España de Tánger (Marruecos) y Pepe lo hizo desde la Cultural Leonesa.
De ellos, destacaron especialmente los dos extremos, Antonio y Enrique, que por las bandas sumaron siete goles cada uno en 20 partidos oficiales, aunque el Cádiz no logró hacerse con el ascenso a la categoría de plata, ya que subió el Xerez.
Enrique ‘el Niño’, el primero en ser conocido por este apelativo cariñoso y juvenil -muchas décadas antes de que lo hiciera suyo Fernando Torres – fue seleccionado por el Atlético por su manera de lanzar los saques de esquina.
Debutó con el Cádiz a los 18 años recién cumplidos con gol ante el Betis y dio muestras de ser un futbolista habilidoso. Allí coincidió con ‘Manolín’ Bueno, que hizo el camino a la orilla contraria del Manzanares para enrolarse con 19 años en el Real Madrid de Paco Gento.
Los méritos vestido de amarillo del ‘Niño’ Collar no le valieron automáticamente el hueco en el primer equipo rojiblanco. En la siguiente temporada apenas disputó cuatro encuentros, lo que le hicieron enrolarse en una nueva cesión, esta en el Real Murcia de Segunda, donde coincidió con Peiró, también cedido en el equipo pimentonero, y en apenas 11 partidos sería protagonista con siete goles, el último al Xerez un 12 de diciembre.
Siete días después fue repescado por un Atlético que había perdido ocho de sus primeros 14 encuentros y necesitaba un agitador: marcó en su retorno al Valencia, aunque no sirvió para ganar (2-3), y repitió ante el Málaga (victoria 0-3) y el Athletic (1-1). Era el inicio de una era.
DE ‘EL NIÑO’ A UN CAPITÁN HISTÓRICO
“Cuando juega bien el ‘Niño’, ganamos”, fue una frase recurrente en el antiguo Metropolitano. Lo que vino después es historia del Atlético de Madrid: 470 partidos de rojiblanco, una Liga (1965-66), tres Copas (1960, 1961 y 1965) y el primer título europeo de la historia del club: la Recopa de 1962, ganada en el desempate al Fiorentina italiano por 3-0.
Un capitán carismático, que recogió el brazalete de otro mito del club como Adrián Escudero y fue el primer capitán del nuevo estadio Vicente Calderón inaugurado en octubre de 1966. También llegó a declararse en rebeldía contra el club por no respetar lo pactado en cuanto al importe de su ficha, pero la mala situación del equipo en aquel momento le hizo volver para arrimar el hombro.
El Atlético despidió a Collar con un partido homenaje contra el Bayern
de Múnich alemán el 28 de mayo de 1972, dos años antes de que ambos clubes se enfrentaran en la final de la Copa de Europa. Enrique Collar, retirado unos años antes en el Valencia, se preparó físicamente para disputar 15 minutos de aquel partido con triunfo alemán por 2-3, quizás una premonición de la final del 1974.
Solo el actual capitán del Atlético Jorge ‘Koke’ Resurrección, con 480 partidos, Tomás Reñones (480) y Adelardo Rodríguez (553) suman más encuentros de rojiblanco que ‘el Niño’ Collar, el extremo que antes de brillar con el Atlético lució su velocidad en Cádiz siendo “Collar IV” el cuarto integrante de una cesión en familia.
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