El desafío de una generación que grita ¡futuro!

Colombia atribuye protestas a la insatisfacción y la ‘sensación de no futuro’ en los jóvenes

Las protestas que sacuden a Colombia desde hace más de un mes son producto de la “insatisfacción” de los jóvenes y de ciertos sectores de la sociedad, dijo la vicepresidenta de ese país, Marta Lucía Ramírez, quien aboga por el desarrollo económico para superar la crisis.

Las “grandes” expectativas con respecto a la globalización, la apertura de mercados, el crecimiento y la reducción de la brecha social no se han cumplido y la pandemia de Covid-19 ha exacerbado la insatisfacción, especificó la también ministra de Exteriores colombiana durante el Foro América, organizado en Madrid por Europa Press y Estudio de Comunicación.

La juventud colombiana reclama transformaciones más profundas porque tienen “sensación de no futuro“, algo que el Gobierno colombiano no puede desconocer, reconoció.

“Tenemos la obligación de construir mejores condiciones para el futuro”, dijo; “fomentar el crecimiento, el empleo y una mayor estabilidad social”.

En este contexto, se refirió a movilizar esa energía de manera constructiva para poder hacer los cambios necesarios.

Durante su intervención, Ramírez se refirió a la violencia registrada durante las movilizaciones, que comenzaron en rechazo a una reforma fiscal planteada por el Gobierno de Iván Duque –que finalmente fue retirada–, y lamentó que grupos minoritarios aprovechan para llevar a cabo una actividad al margen de lo que significa una protesta.

Ha habido vandalismo y destrucción sin precedentes, una movilización orientada a destruir”, continuó.

El Estado debe enfrentarse a la violencia con sus instrumentos, aseguró. A juicio de la titular de la cartera de Exteriores, durante las movilizaciones se ha demostrado un interés en desestabilizar para abrir opciones distintas.

“Tenemos que ser conscientes de eso“, instó.

La vicepresidenta aludió más concretamente a los bloqueos de las principales vías del país, una de las características de las movilizaciones que impedían la llegada de alimentos, medicamentos o suministros médicos, entre otros, y se congratuló de que “ya se han reducido”.

“Eso no es protesta pacífica, es vandalismo, es ilegal y el Gobierno tiene que enfrentar esto”, reiteró.

“Reconocemos que la protesta es algo legítimo, pero también recordamos que, en todos los instrumentos internacionales, la condición para reconocer la protesta es que se haga de manera pacífica“.

Por ello, remarcó la necesidad de que la justicia colombiana demuestre que tiene efectividad y ubique a las personas que se han dedicado a promover la violencia dentro de las protestas y el vandalismo que ha dejado tantísima destrucción.

“Cuando hay sectores que vandalizan, destruyen y producen la muerte de algunos ciudadanos hay que reclamar a la justicia una aplicación pronta y efectiva de la ley”, sentenció.

 

Abuso por parte de la fuerza pública
De forma paralela, Ramírez también se refirió a las permanentes acusaciones de abuso por parte de la fuerza pública colombiana durante las movilizaciones y defendió que ha mejorado “continuamente” durante el último cuarto de siglo.

En una situación como esta, defendió, la fuerza pública tiene que usar la fuerza “legítimamente”, aunque reconoció la existencia de casos individuales de abuso, aunque apeló a la “independencia de los poderes, la autonomía” para que la justicia investigue y sancione.

“No importa de quién se trate“, afirmó.

Ramírez defendió que la Fiscalía, que ha confirmado una veintena de muertes en el contexto de las protestas, ha abierto investigaciones contra policías por estos motivos.

“Hay cuatro casos de incriminados por participación en las muertes de algunas personas”, señaló.


Además, insistió en que la pérdida de vidas es “inaceptable”.

Recordando que Colombia se ha enfrentado a guerrillas, como la de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y al narcotráfico, destacó que las fuerzas de seguridad están comprometidas con la seguridad de los ciudadanos y que se ha mejorado la promoción del respeto a los Derechos Humanos.

Por otro lado, Ramírez también alertó de que Colombia se enfrenta al riesgo del populismo y censuró que esta corriente propone cambiar todo a cambio de muy poco esfuerzo de los ciudadanos.

“Y eso no existe, necesitamos un gran esfuerzo para sacar adelante al país“, incidió. “Colombia es un país con un potencial muy grande, pero es un país que tiene desafíos muy grandes: el del populismo”.

Por último, reconoció que, igualmente, la polarización en el país latinoamericano ha sido muy grande en los últimos años.


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