Colombia urge a España a levantar la prohibición de entrada al país para sus ciudadanos

Una escena en el aeropuerto de Barajas, en Madrid.
Una escena en el aeropuerto de Barajas, en Madrid.Emilio Naranjo / EFE

Colombia no está nada conforme con la decisión que ha tomado España de prohibir la entrada a sus estudiantes y turistas por la crisis de la covid-19. El ministro colombiano de Salud, Fernando Ruiz, explicó este viernes que Colombia ha mejorado sus datos de ocupación de UCIs y el número de contagiados y fallecidos en el último mes. “La pandemia está en receso. La medida que toma España está desfasada respecto a la realidad epidemiológica”, contó Ruiz al otro lado del teléfono. España no toma en cuenta que los visitantes puedan probar que no están contagiados o que al menos cuentan con la pauta completa de vacunación.

El embajador colombiano en España, Luis Guillermo Plata, ha entregado un informe a las autoridades españolas en el que muestra todos los datos que revelan esta mejoría respecto a una nueva ola que sufrió el país a principios de julio. El número de muertes diarias pasó de 600 a 150 y la ocupación de las unidades de cuidados intensivos en los hospitales se redujo hasta poco más del 60%. “Es una evidencia de la mejoría de Colombia. No tiene sentido continuar con esas restricciones”, ahondó el ministro.

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Algunos colombianos se han tomado como una ofensa la prohibición (hay algunas excepciones), en vigor desde el 27 de julio. La escritora Melba Escobar se preguntaba si acaso esta era una medida para ponerle trabas a la inmigración. El Gobierno de España tomó esa medida después de que transcendiera que la policía de ese país había encontrado que los test y los certificados de vacunación que presentaban algunos colombianos había sido falsificados. Al menos esa es una de las explicaciones que recibió el embajador. Respecto a esto, Ruiz aseguró que están implementando una estrategia en coordinación con la Cancillería para que las aerolíneas exijan las pruebas físicas de PCR y las puedan verificar de algún modo con los laboratorios. Los controles serían aleatorios. Los viajeros que entreguen un papel manipulado serán detenidos por la policía colombiana y puestos a disposición judicial.

“Les va a tomar temor hacer esto”, continúa el ministro, que cree que en cuanto trascienda que una o dos personas han pasado por este trance el asunto se reducirá de golpe. Considera que España tomó la decisión con los datos del pico de julio en la mano. Un mes y medio después, agrega, seguir en esta situación resulta incomprensible. El caso no llega al nivel de indignación que provocó en 2001 que la Unión Europea exigiera a los colombianos un visado. García Márquez, Álvaro Mutis o Fernando Botero, entre otros, prometieron no volver a poner un pie en España mientras existiera ese requisito. Esta vez, la cosa no llega a tanto: “Nosotros vamos a seguir yendo. Un país amigable y hermoso para nosotros”.

Colombia ha vacunado por el momento al 30% de su población. El objetivo es que a final de año 35 millones de colombianos tengan la pauta completa (el país tiene una población de 50). El último informe del Ministerio de Salud revela que se han distribuido 33 millones de dosis de Pfizer, AstraZeneca, Sinovac, Janssen y Moderna. Un descuido, sin embargo, ha puesto en riesgo el flujo de vacunas. Un juez filtró los contratos confidenciales con AstraZeneca y Pfizer,lo que ha causado en gran malestar en las dos compañías. “Esperamos que no haya ningún problema en ese sentido”, cree el ministro de Salud.

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Las autoridades colombianas, al mismo tiempo, están manteniendo reuniones con sectores antivacunas. “Son pocos, un poco excéntricos y con mensajes contradictorios. Promueven que el covid no existe, pero al mismo tiempo aseguran que el tratamiento del covid es dióxido de cloro. Es algo bizarro. Siempre estamos atentos porque esto nos puede afectar de alguna manera la vacunación”. El instituto estadístico, al comienzo del plan de vacunación, señaló que el 40% se mostraba poco dispuesta a vacunarse. El recelo parece haberse superado en muchos sectores de población, como en el de mayores de 80 años, que ya supera el 95% de cobertura. “Lo que sí se ha venido dando”, explica Ruiz, “es que algunas poblaciones más jóvenes tienen menor percepción de riesgo y son más perezosos en buscar la vacuna”. Sin embargo, cuando se abrió a grupos de jóvenes de 20 a 30 años el recibimiento no fue tan malo.

La geografía accidentada de Colombia dificulta la vacunación, como es obvio. El Gobierno tiene que llegar a zonas remotas, a varios días de viaje, donde la presencia del Estado es escasa. El presidente Iván Duque acudirá la semana que viene a Valledupar, en el norte, a reunirse con líderes indígenas y realizar una vacunación simbólica que anime a los colombianos de esas zonas del país a ponerse las dosis.

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