Hay una ley no escrita en el mundo del fútbol que dice que cuando un futbolista juega contra su ex equipo, siempre lo hace bien. Pues puede que sea mito o no, pero Kingsley Coman la hizo cumplir ya por segunda vez, cobrando esa factura el Paris Saint Germain.
El francés fue uno de los jugadores más activos del Bayern de Múnich ya en el primer tiempo, jugando de carrilero por la izquierda. Tuvo un par de ocasiones peligrosas, estuvo eléctrico y eso incomodó al PSG constantemente. En la segunda mitad, no obstante, pasó al costado derecho al quedarse en el banquillo Cancelo y fue Alphonso Davies el que ocupó esa demarcación. Pues bien, mejor imposible la decisión de Naglesmann. De las botas del canadiense nació un centro de mucha calidad que remató de primeras Coman para hacer el primero, que no celebró.
Vale decir que el ex del PSG anotó con bastante ayuda de Gianluigi Donnarumma. El italiano, si bien no lo tenía fácil por ser un remate de primeras en la zona del segundo palo, estuvo lento y no alcanzó a parar un gol que se coló justo por donde estaba.
No es el gol más amargo que Coman le ha marcado a su ex equipo. Ni mucho menos. Y sino que se lo pregunten a los aficionados del Paris Saint Germain, que sufrieron en sus casas el año de la pandemia la derrota más dura de su historia por otro tanto de Kingsley. Esta vez fue de cabeza, para nada su especialidad, tras ganar el salto a Tilo Kehrer como llegó el gol que dejó al PSG sin su tan ansiada Champions League en la final de la temporada 2019/20, que se ganó por la mínima gracias a ese tanto.