Cómete el dónut: 13 templos del dulce con forma de rosca


Doughnut, donuts, dona, rosquilla, halo o berlina: los donuts reciben muchos nombres y para cada uno esta palabra puede llevarle a algún producto con matices distintos; pero en lo que parece que todos estamos de acuerdo es que un dónut es un bollo frito con forma redonda. También podríamos decir que un dónut tiene un agujero en medio, pero desde que se empezaron a rellenar, no siempre lo traen. Y ahí entramos en que si no tienen agujero, unos lo llaman bamba o berlina y otros siguen vendiéndolo como dónut.

También pensábamos que estábamos de acuerdo en que el dónut va glaseado o relleno de algo dulce, pero tampoco: ahora los encuentras de queso, de mantequilla y ajo, de pollo y hasta de cocido. Y aunque es un dulce -perdón-, un bollo redondo y frito que todo el mundo ha probado, es un producto denostado, asociado a una baja calidad, industrial, frita, intensa y que puede llegar a sentar mal. A priori, cuesta pagar dos euros y medio o más -los hay por mucho más- por un donut artesanal, porque se asocia a un tipo de pastelería tosca.

Sin embargo, cuando están bien hechos pueden ser una delicia; y sí, superan los dos y los tres euros. Marc Grossman, en su libro Nueva York, las recetas de culto (Lunwerg, 2013) dice: “Nada es comparable a un buñuelo fresco como los que se encuentran en Doughnut Plant en la parte sureste de Manhattan, pero, si está demasiado lejos, siempre los puedes preparar tú mismo”. Te vamos a mejorar la propuesta de Grossman: si estás demasiado lejos de Doughnut Plant, o de Krispy Kreme, te proponemos 12 sitios como 12 soles para que comas ricos donuts en España.

ASTURIAS

Cabo Busto

Jhonatan González lleva ocho años dando alegrías dulces a la pequeña localidad de Luarca (Asturias) con su Pastelería Cabo Busto. A Luarca y alrededores, claro, porque los productos que hace González en esta empresa familiar “han conseguido convertir en centro de peregrinación un lugar apartado, que no es de paso, del occidente de Asturias”, según nos cuenta el periodista Rubén Galdón cuando nos recomienda los donuts de Cabo Busto.

Jhonatan, que cursó pastelería y cocina, comenzó haciendo magdalenas en casa y vendiéndolas a sus vecinos. Después empezó a hacer tartas y de ahí se lanzó a abrir su negocio de manera oficial. “Hace alta pastelería en todo, también con los donuts”, dice Rubén Galdón. “En mayo del año pasado se curraron el Día del Donut. Hicieron 1.600 unidades y con un toque de autor, con elaboraciones sofisticadas que no son habituales en los donuts. Recuerdo que ese día comí uno de chocolate que haría a Homer mudarse de Springfield: masa de cacao, relleno de cremoso de chocolate de Ecuador, con perlitas crujientes de chocolate y otro baño de chocolate”.

Ahora viene el pero. “La mala noticia es que no todos los días son días del dónut, y ahora la oferta no es constante. Los fines de semana sacan alguna edición limitada de donuts: por ejemplo el clásico y el cheesecake. También tienen en su catálogo de pistacho y albaricoque o de cacahuete y miel”. Para enterarse de todo, hay que estar atentos a sus redes sociales. “Y si no tienen dónuts, cualquiera de los pasteles que se curran merecen la pena el desplazamiento”.

Cabo Busto: c/ Busto, s/n. Luarca, Asturias. Tel.: 635590194. Mapa.

Manín

Hace 40 años, en Cangas de Narcea, comenzaba Manín, “un buen ejemplo de cómo en la Asturias rural emerge una gran confitería”, nos dice Rubén Galdón. Hoy es la tercera generación la que sigue al frente de esta pastelería, que ya tiene establecimientos en varios lugares de Asturias, como Oviedo y Gijón. Como aquí hemos venido a hablar de donuts, Galdón nos recomienda los glaseados con azúcar. “Son espectaculares. La masa es muy esponjosa y es imposible no comerte dos”. Pues póngame tres, no vayamos a quedarnos cortas.

Manín: c/ Médico Rafael Fernández Uría, 4. Cangas del Narcea, Asturias. Tel.: 985817053. Mapa.

BARCELONA

Boldú

Esta pastelería comenzó en 1939 en Barcelona y las generaciones posteriores han seguido utilizando las fórmulas originales para continuar con el negocio. Quien nos ha traído hasta este establecimiento es Mònica Escudero, editora Comidista y, desde hoy, aprecidadora confesa del dónut de chocolate negro -con más cacao de lo habitual- de Boldú. “Me parece una auténtica delicia. Tiene una capa gruesa de chocolate crujiente, y dentro una masa muy bien frita, nada grasienta y con la textura de una nubecita”.

En Boldú, los donuts no se llaman donuts sino Boldu’s. Su masa es fórmula del fundador, Josep, y son una de las opciones más aclamadas del establecimiento que, además, no sólo se encuentra en formato de rosquilla. “Si te van las fantasías tienen otros dulces con la misma masa llamados Bolduman con todo tipo de rellenos: frambuesa, cheesecake, manzana, speculoos… y si con un bocadito te llega, tienen las Stars, bolitas pequeñas también con diferentes rellenos y la estrella de cobertura de chocolate que les da nombre”, nos cuenta Mònica.

Boldú: c/ Roselló, 253; Aribau, 184; Avda. Diagonal, 557; Europa, 20; Psg. Mare de Déu del Coll, 146Plaça Francesc Macia, 5; Avda. Diagonal, 208 (Planta -1); y T1 Aeroport El Prat – Zona portes B. Barcelona.

Lukumás

Made in Barcelona, pero con receta griega. Ésos son los donuts que nos recomienda Jordi Luque, periodista y comidista. “Mi despacho de donuts de referencia es Lukumás. Su propietario, Petros, es un griego que aprendió el oficio de sus padres, quienes regentaron un obrador de lukumás –así se llaman las berlinas en Grecia– en Salónica. Elabora la masa a diario y fríe los donuts por la mañana, luego los rellena con cosas maravillosas y/o los glasea”. El resultado, según nos cuenta Jordi, son unos donuts poco grasos, con el dulzor justo y sabor a bollería artesana.

Petros comenzó allá por enero de 2011 en Torrent de l’Olla, local que sigue abierto junto con otro en el Raval de posterior inauguración. Acercarse hasta una de estas vitrinas es sentir un deseo más grande que la vida de probar todas sus variedades. Para ahorrarte trabajo y tentaciones, Jordi nos ayuda a elegir: “Mi favorito es el lukumas glaseado con Mastiha, un licor resinoso que me recuerda muchísimo al pino (aunque la resina aromatizante de la Mastiha es de lentisco)“.

Lukumás: c/ Torrent de l’Olla, 169 y Valldonzella, 36. Barcelona. Tel.: 932182375 y 933488817.

Bungnuts

Desde 2020, en el barrio de Gràcia de Barcelona, está Bungnuts, la primera donutería vegana-artesana de la ciudad condal. Es vegana, artesana y natural. Hacen ellas mismas el relleno y “para la masa elegimos ingredientes naturales y de proximidad”, cuentan Marina y Núria, las artífices del proyecto y de este dulce que enamora a quien lo prueba. Como al periodista Òscar Broc, que es quien nos ha recomendado no perdernos “los esponjosos donuts que preparan en su obrador, porque son gloria bendita”. “Mi favorito es el de manzana al horno, con un relleno, pues eso, de manzana al horno y un crumble de almendra, mmm, irresistible. Además, las dos chicas que llevan el negocio son maravillosas, se merecen todo el éxito”, dice Òscar. Pues dicho queda.

Bungnuts: c/ de Santa Eugènia, 16. Barcelona. Mapa.

The Bakers

También fan de los donuts de Bugnuts es Toni García Ramón, periodista cultural, pero si se ha de quedar sólo con uno, elige los de The Bakers, sus favoritos en España. “Aunque la especialidad de este establecimiento son los croissants, Pol y Ainoa hacen donuts los fines de semana y son increíbles. Es una pastelería de barrio, pero con un toque fino de alta pastelería”. Una pastelería de barrio con un equipo joven y formado tanto en pastelería clásica y tradicional como en elaboraciones más innovadoras.

The Bakers: c/ de Padilla, 268. Barcelona. Tel.: 691494763. Mapa.

LaDo

Cuando busca este dulce, la pastelería de referencia del sátrapa de El Comidista, Mikel López Iturriaga, es LaDo. “Sin ser yo de donuts ni nada de eso, este pequeño local me incita al pecado cuando paseo por el barrio de Sant Antoni. Sus donuts se elaboran de forma artesanal, no son grasientos y no sientan como un tiro. Los venden clásicos, como el de glaseado de vainilla, y de fantasía, como el de pomelo rosa con jengibre cristalizado, pero yo me suelo quedar con el de chocolate, que es acierto seguro”.

LaDo: c/ Parlament, 20. Barcelona. Tel.: 933297511. Mapa.

CANTABRIA

Casa Vejo

En 1944, tras regresar a España desde México, Ángel Vejo fundó Casa Vejo. Se trata de una pastelería que sigue sus elaboraciones tradicionales y ha añadido otros productos más actuales. Rubén Galdón nos recomienda sus donuts y, aunque reconoce la poca imparcialidad, los describe tan bien que apetece ir a Reinosa para hincarles el diente. “Son los donuts de pastelería que más he comido durante mi vida. Recuerdo babear en el escaparate recorriendo cada milímetro de chocolate con la mirada. La masa es esponjosa y el chocolate de la cobertura es de calidad”, dice el periodista. “El planazo es comértelo en cualquier tarde fría de invierno, y Reinosa es muuuy frío en invierno, con una taza de chocolate”.

Casa Vejo: c/ Mayor, 32. Reinosa, Cantabria. Tel.: 932182375. Mapa.

LA RIOJA

Horno Arguiñano

Reconozco que los donuts del horno Arguiñano son esa amiga de una amiga a la que no has visto nunca, pero has oído hablar tanto y tan bien de ella que parece que la conoces. No los he comido jamás, pero a Dios pongo por testigo que podría describir su textura, su olor y su sabor sólo por lo que he oído a mis amigas Carolina y Noelia contar de estas delicias logroñesas.

Como aquí somos rigurosos, ahí dejo la aclaración: No los recomiendo yo, los recomiendan ellas, que son fieles a esa masa esponjosa, ese olor a bollo suizo, con un sabor más a brioche que a berlina. Y de cuyos paladares me fío. Si esa descripción nos ha sabido a poco, nos dan una más mainstream: “Te comes uno y has almorzado para todo el día. Son espectaculares, por su sabor y su tamaño vasco-riojano”.

Horno Arguiñano: avda. de la Paz, 72. Logroño, La Rioja. Tel.: 941232968. Mapa.

MADRID

Delish Vegan Doughnuts

Preguntar por los mejores donuts de Madrid es obtener como primera opción los de Delish Vegan Doughnuts. Josep Navarro, periodista y compañero comidista, no ha sido el único, pero sí el primero que me los recomendó y lo hizo con tanto entusiasmo que no me queda más remedio que transcribir sus palabras. “No sólo destaca por la elaboración artesana de sus donuts o por ser una buenísima opción para los veganos más golosos, sino que el tamaño de sus rosquillas es también sorprendentemente grande. Y sí, a veces el tamaño importa”, cuenta Josep.

Cuando le pregunto a María y a Moha, dependienta y encargado del establecimiento de la calle Cristo, por el éxito de estos donuts, me hablan de los ingredientes: “Nada de lo que usamos tiene procedencia animal. Creo que lo que hace que nuestros donuts gusten tanto es que hemos sabido veganizar una receta tradicional que normalmente tiene connotaciones negativas porque va frita, le hemos dado un sabor más fino que a veces va glaseado, otras relleno y tener diferentes opciones por temporada”, dice María. “Utilizamos ingredientes ecológicos y nuestros productos están elaborados a mano. No compramos purés. Creamos nuestra propia compota y mermelada”, añade Moha.

Hace unos meses abrieron otro local en Malasaña donde hay oferta de salado, como sándwiches y bagels, pero aquí hemos venido a hablar de donuts. “Algunas de sus creaciones me tienen realmente fascinado (sin ser yo vegano), como su donut relleno de mermelada de granada al que le añaden una ración de chocolate blanco y un mousse de pistacho con trocitos de este mismo fruto seco. Está para chuparte los dedos y acto seguido ir directo a pedirte otro”, recomienda Josep.

Venden una media de 500 donuts al día y, aunque no suele sobrar ninguno, si esto ocurre, los donan a comedores o a particulares que conocen. Los sabores que más salida tienen son, según María, los de chocolate y los de cheesecake. Sin embargo, Josep es más creativo: “Sin duda, el donut que me ha robado el corazón -y supongo que el de todos los que amamos el combo dulce-salado-picante- es uno que rellenan con crema de maíz dulce, bañan en un glaseado de caramelo picante y coronan con un trozo de pollo vegano frito extracrujiente, vamos, umami por un tubo”. Para los menos arriesgados, también hay donuts clásicos. Eso sí, no te duermas, porque vuelan.

Delish Vegan Doughnuts: c/ Cristo, 3, y Corredera alta de san Pablo, 12. Madrid.

Bite Me Café

Los donuts más populares de la zona de Madrid Río los tiene Bite Me, aunque aquí a los donuts se les llame halos. Los halos o donuts de Bite Me son veganos, esponjosos, bien hechos y mejor explicados en la tienda. En 2017 comenzaron a hacerlos en su propio piso y en octubre de 2018 abrieron el obrador y tienda en el barrio de Delicias. Como los elaboran con productos naturales, van cambiando los sabores según temporada. Yo me quedo con el clásico, que está siempre. La tienda suele estar concurrida, así que también puedes hacer pedido online y evitas esperas o quedarte sin existencias.

Bite Me Café: Pl. de la Beata María Ana de Jesús, 2. Madrid. Tel.: 910540209. Mapa.

MADRID, ÁLAVA Y LA RIOJA

PerretxiCo

No es un horno sino una taberna de pintxos donde Josean Merino, su cocinero, tuvo la idea de meter un cocido vasco en un donut. El inicio fueron unas croquetas de callos de bacalao, que era como comerse un guiso, pero en un pincho. Posteriormente pensaron en cambiar el formato, y de ahí surgió la idea de hacerlo en un donut. El primero fue de bacalao con espinacas. Posteriormente, un amigo de Merino propuso hacerlo de otros sabores, y así surgió el donut de cocido.

El donut de cocido vasco en dos vuelcos, que es como se llama oficialmente este pintxo, es semifinalista en el Concurso de Cocidos siglo XXI. Viene acompañado de una tacita de caldo. El relleno del bollo es de cocido de garbanzos tradicional, con todos los sacramentos: un puré de garbanzos, mezclado con morcilla artesanal de Beasain; carne de morcillo; gallina desmenuzada y txistorra.

Todo esto se baña en una masa y se fríe hasta que se dora. Se queda una corteza fina y crujiente que lo hace muy agradable al morder. Y aquí viene la clave que hace que este donut no sea una guarrada sino un pintxo que, realmente, está muy bueno y muy bien hecho: El glaseado no es de azúcar sino de bacon ahumado, así que no tenemos contraste dulce salado. La idea de comer un cocido con azúcar era algo que me horrorizaba antes de probarlo.

Sinceramente, está muy rico. También sinceramente, existiendo el mollete de pringá, que se elabora mucho más rápido, es menos graso porque no va frito y es tres veces más barato (el donut de cocido y su tacita de caldo cuesta 6,5 euros), no hay necesidad de complicarse la vida metiendo el cocido en un donut a precio de reliquia del Cid Campeador. Está siempre en carta y puedes comerlo en el establecimiento de Vitoria, en los seis PerretxiCo de Madrid y en el de Logroño.

PerretxiCo: c/ San Antonio Kalea, 3 (Vitoria, Álava). C/ Rafael Calvo, 29; Corazón de María, 37; Narváez, 40; Augusto Figueroa, 32; Poeta Joan Maragall,16 (Madrid). Avenida Siglo XXI, 16 (Boadilla del Monte, Madrid). C/ Portales, 21 (Logroño, La Rioja).

MÁLAGA

Bun and Coffee

Si estamos en Málaga, Lakshmi Aguirre, periodista y compañera Comidista, nos recomienda ir a Bun and Coffee. “Son unos donuts súper finos, ligeros, juegan con muchos ingredientes y no resultan empalagosos”, cuenta Lakshmi. Los comenzaron a hacer en casa una pareja. “Son veganos convencidos y eso al final se nota en sus donuts”, dice Aguirre. “Empezaron a repartirlos en una cafetería de especialidad que había en Málaga y al final los donuts eran el reclamo de la cafetería. Los hacían los sábados y domingos por la mañana y era por lo que la gente se acercaba a la cafetería y sólo pedía donuts y café”.

Y así, por aclamación popular, Bun and Coffee evolucionó hasta lo que es hoy: “Javi Marín y Jorge Vargas han abierto un nuevo espacio, se asociaron y ofrecen las dos cosas, café y donuts. Han empezado a ampliar horario y opciones. Es un sitio muy chulo y lugar de encuentro de los malagueños”. De todos, los que elige Lakshmi son el glaseado clásico y el de naranja y almendra.

Bun and Coffee: c/ Duque de la Victoria, 11. Málaga. Mapa.




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