NUEVA YORK – En los últimos tres meses, un jurado de 12 integrantes ha escuchado en la corte federal de Brooklyn las reveladoras declaraciones de 54 testigos, una larga lista que incluye aliados que una vez juraron lealtad al capo mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, examantes entre el amor y el odio, despiadados sicarios y agentes de la ley.
El “juicio del siglo” ha llegado a su recta final y con él también culmina la travesía a las entrañas de uno de los grupos criminales más sanguinarios de América Latina, cuyo dominio traspasó fronteras inimaginables.
Cartas, grabaciones telefónicas y mensajes de texto no solo fueron la evidencia que incriminó al ex líder del cartel de Sinaloa, también el ingrediente que despertó la fascinación de una audiencia ávida por conocer más del capo, desde sus inicios como un humilde agricultor, su hambre por poder y riqueza y su coronación como el temido jefe que ordenó sepultar vivos a sus adversarios o incinerarlos hasta los huesos.
TESTIGOS POCO FIABLES, LA DEFENSA ARREMETE
En el último argumento previo a la deliberación del jurado que determinará si ”El Chapo” es culpable o no de los diez cargos que se le imputan por narcotráfico, su defensa argumentó el jueves que los testigos y colaboradores de la Fiscalía no son de fiar y presentaron serias dudas de veracidad.
En el día final de alegatos antes de que los siete hombres y cinco mujeres del jurado decidan el lunes el futuro del capo, el abogado de la defensa Jeffrey Lichtman remarcó la criminalidad de cada uno de los catorce testigos que la Fiscalía trajo ante el Tribunal Federal del Distrito Este en Nueva York y subrayó su poca fiabilidad.
“Esta gente son mentirosos de toda la vida y han mentido delante de ustedes. Piensen en ello. Son más inteligentes que eso”, arrancó Lichtman en un discurso que insistió en la poca credibilidad de los testigos, que admitieron haber mentido a la fiscalía, a las autoridades e incluso a sus esposas cuando fueron interrogados por la defensa.
El defensor criticó el alegato del Gobierno, que aseguraba que había una “montaña de pruebas” incriminatorias, puesto que los fiscales dan por supuesto que sus testigos “han de ser creíbles” porque son ellos quienes los llevan ante el tribunal.
“EL MAYO ZAMBADA”, EL PODER DETRÁS DEL TRONO
Las cinco horas de argumentación de Lichtman buscaron sembrar dudas y confusión entre el jurado, cuestionando la verdadera implicación del capo en el caso, la figura del colíder del cartel de Sinaloa, el incapturable Ismael “El Mayo” Zambada, o los pactos de colaboración que la Fiscalía ofreció a sus testigos a cambio de reducciones de sentencia.
“Les mintieron una y otra, y otra y otra vez, diciéndoles que nadie tenía motivación. Y nadie los paró. ¿Saben quién puede pararlo? Ustedes. Tienen más poder que nadie”, insistió el defensor.
“No vemos al Mayo en este salón; debe estar sonriendo en algún lugar”, afirmó el letrado, que también se quejó de que todos los colaboradores “se libran mientras que “El Chapo” carga con todo” al referirse a las acusaciones.
Lichtman dio a entender cerca de culminar sus argumentos que Zambada pudo haber orquestado la espectacular fuga de Guzmán Loera de prisión en 2015 a través de un túnel al que tuvo acceso desde la bañera de su celda, en la prisión de máxima seguridad en el Altiplano, en México, para cimentar el mito de “El Chapo” y que fuera él el perseguido.
ACUSACIONES DE MILLONARIOS SOBORNOS Y CORRUPCIÓN
Lichtman también tuvo a su cargo la apertura del juicio el pasado noviembre y generó gran polémica cuando acusó al entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto y a su predecesor Felipe Calderón, de recibir “sobornos” de Zambada.
El jueves volvió a traer el tema del soborno a Peña Nieto, a quien presuntamente ”El Chapo” pagó $100 millones a cambio de poner fin a su búsqueda, pese a que el juez se lo había prohibido a petición de la Fiscalía.
El abogado argumentó que el Chapo, una persona que huyó arruinado de la prisión en 2001 y que adeudaba $20 millones entre 2007 y 2013 -tampoco pagaba a sus empleados-, no podía disponer del efectivo suficiente para el pago de ese soborno que afirmó su exsecretario Alex Cifuentes alias Memín, hace dos semanas.
”El Chapo”, mientras tanto, observaba atento desde la mesa de la defensa, vestido con un traje azul marino, al tiempo que la intérprete traducía de manera simultánea el alegato, ya que el mexicano no habla inglés.
La Fiscalía tomó la réplica a la defensa pasadas las tres de la tarde: “Si miran a cada uno de los testigos, pueden ver lagunas en sus testimonios. Si los ven en conjunto, la historia cuadra. La defensa no quiere que vean el bosque, sino cada uno de los árboles”, afirmó la fiscal Amanda Liskamm.
“Quiero finalizar diciendo que para creer el testimonio de la defensa tienen que creer que el acusado es la persona más desafortunada del mundo y que los 14, repito, 14 testigos colaboradores de diferentes épocas -los 80, 90 y 2000- se juntaron y crearon una historia juntos, la historia de que el acusado era el colíder del cartel de Sinaloa”.
LA SUERTE DE “EL CHAPO” ESTÁ ECHADA
El lunes comenzará la deliberación del jurado y según fuentes citadas por Efe, la decisión popular que determinará la culpabilidad del capo podría conocerse posiblemente para el miércoles, una cuestión que dependerá del jurado.
El primer cargo que se le imputa al capo es por liderar una empresa criminal, que incluye crimines como el asesinato y que se castiga con una pena mínima de cadena perpetua. Los otros cargos se relacionan con la producción de narcóticos, el tráfico de armas y el blanqueo de dinero.
Si es declarado culpable, entonces se consolidarán los casos pendientes en otros distritos de la nación.