El Comité Olímpico Brasileño (COB) suspendió este viernes, de forma cautelar, al laureado jugador de voleibol Wallace de Souza de ‘todas las actividades deportivas’ bajo control de la entidad debido a que realizó una encuesta en Instagram en la que preguntó a sus seguidores si le dispararían en la cara al presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva.
La decisión fue tomada por el Consejo de Ética del COB, que afirmó que ‘sugerir, preguntar o incitar el uso de armas para disparar al rostro de la autoridad máxima del país’ no va con el ‘comportamiento esperado y exigido de un campeón olímpico’.
El consejero Ney Bello, declaró.
Roberto Dinamite, Pelé, Maria Lenk o Esther Bueno no solo tuvieron el honor de ser campeones, también tuvieron la responsabilidad de educar generaciones que necesitaban guiarse por principios éticos y morales, independientemente de sus ideas políticas.
La suspensión parte de una denuncia presentada por la Abogacía General del Estado, órgano responsable por los asuntos jurídicos del Gobierno y que también pidió una multa de 100 mil reales (cerca de 20 mil dólares) para el medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
El Comité de Ética del COB dio cinco días al deportista brasileño para presentar su defensa, momento a partir del cual se analizará de nuevo el caso para una decisión en firme.
Wallace ya ha sido suspendido por tiempo indeterminado por su club, el Cruzeiro, que le exigió que pidiera disculpas tras preguntar a sus cerca de 370 mil seguidores de Instagram si dispararían en la cara al presidente Lula.
El deportista, reconocido seguidor del expresidente Jair Bolsonaro, hizo la encuesta en respuesta a los comentarios de un seguidor a una foto en la que aparecía sujetando un arma de fuego.
No obstante, borró el polémico sondeo horas después, pero no impidió que el Gobierno brasileño y otras autoridades anunciaran medidas judiciales.
Por último, Bello señaló.
La sociedad civil, y sobre todo el mundo del Olimpismo, necesita mantenerse alejado de la violencia y de la irracionalidad sugerida en publicaciones. Minimizar actos de esta naturaleza implica no solo una omisión despiadada en defensa de la racionalidad, sino que también emite una señal errónea hacia la normalización del absurdo, permitiendo que se establezca el caos.
(Con información de EFE)
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