¿Quién hubiera dicho hace tan solo un par de años que Andrew Wiggins podría ser campeón de la NBA? ¿Y quién hubiese podido adivinar que además podría ser una pieza valiosísima en la consecución del anillo?
Aún queda mucho y los Warriors necesitan dos triunfos más si quieren llevarse el título pero la operación que acabó con Wiggins en San Francisco ya es todo un éxito.
La segunda estrella
Detrás de Stephen Curry, Wiggins ha sido el mejor jugador de Golden State Warriors durante estos playoffs. Lo ha sido por encima de Klay Thompson, Draymond Green o Jordan Poole.
Puede que todos los anteriores hayan tenido partidos o incluso series increíbles, pero a la larga la regularidad de Wiggins no ha tenido paragón. Su juego polifacético ha permitido a los de la bahía llegar hasta aquí.
Wiggins ha superado todas las expectativas y lo ha hecho sin apenas ruido. Su actuación en el Game 4 de hace un par de noches no hizo más que confirmar esto con sus 17 puntos y 16 rebotes ante los Celtics en un partido clave para el devenir de las Finales.
Su capacidad atlética, su intensidad en el juego y su aceptación del rol han permitido a los de Steve Kerr salvar el pellejo en más de una ocasión. Ha sido así durante toda la post-temporada y lo está siendo de nuevo en las Finales.
Wiggins suma más de 50 rebotes ofensivos en estos playoffs, el jugador no interior con más capturas de todos los que han saltado a la cancha. Pero es que si tomamos en cuenta también a los pívots, apenas le supera su compañero Kevon Looney.
Entre ambos han logrado salvar incontables ataques de su equipo y asegurar muchos puntos de segundas oportunidades sin los cuáles los Warriors estarían camino de Cancún ahora mismo.
Una defensa de élite
Y todo esto sin hablar de la defensa. El que llegó a la liga con las etiquetas del “nuevo LeBron” y una capacidad de anotar indiscutible ha sabido reciclarse. Su verdadera aportación ha sido atrás, frenando a los grandes peligros de los Celtics.
Hablamos de Jayson Tatum y Jaylen Brown, dos de los jugadores más peligrosos de toda la liga y ante los cuales Wiggins está brillando. Con talentos como estos el objetivo nunca puede ser pararlos, pero sí limitar su aportación.
Durante los primeros tres encuentros de las Finales obligó a Tatum a lanzar por debajo del 30% en tiros de campo, a Brown y White por debajo del 28% y sumó 4 tapones y 3 pérdidas entre todos ellos. 12/40 en lanzamientos cuando han sido defendidos por Andrew.
El ataque de Boston defendido por Wiggins
X
Jayson Tatum: 8/26 TC, 4/11 T3 y 1 pérdida
X
Jaylen Brown: 2/7 TC, 0/1 T3, 2 pérdidas y 2 tapones
X
Derrick White: 2/7 TC, 1/3 T3, 2 tapones sufridos
Si los Warriors acaban ganando Stephen Curry será el MVP de las Finales. Lo será de forma totalmente merecida y sus actuaciones quedarán para el recuerdo. No obstante, el papel de Andrew Wiggins en este hipotético título no puede pasar desapercibido.
Él se ha encargado de levantar al equipo cuando este parecía abocado al abismo. Su trabajo en ambos lados de la cancha ha resultado indispensable para que cuando todo parecía perdido, los Warriors se hayan plantado 2-2 y vuelvan a tener el factor cancha.