Cómo conseguir mantener los resultados de la dieta a largo plazo

Si te has propuesto adelgazar, una de las primeras cosas que debes saber es cómo mantener los resultados de la dieta a largo plazo. Como resulta lógico, el objetivo de una dieta es el de adelgazar. Sin embargo, muchos planes de alimentación tienen el conocido como ‘efecto rebote’. Es algo habitual en dietas muy restrictivas, que prometen resultados express sin apenas esfuerzo.

Las ‘dietas milagro’ son una trampa

Una persona promedio puede perder entre uno y dos kilos en la primera persona. Sin embargo, la mayor parte de este peso es líquido y un porcentaje mínimo de grasa. Por lo tanto, perder cinco kilos en una semana es una auténtica locura porque el riesgo de deshidratación y de déficit nutricional es muy alto. Además de ser peligrosas para el organismo, el fracaso a medio o largo plazo con las ‘dietas milagro’ está asegurado. Y eso es precisamente lo que hay que evitar.

Estos planes de alimentación resultan muy atractivos porque prometen una rápida pérdida de peso sin tener que realizar ningún esfuerzo. Pero son una trampa. No funcionan. Sí, en muchos casos se produce una pérdida de peso, pero luego hay un ‘efecto rebote’ que hace que se recuperen todos los kilos perdidos, e incluso alguno más.

Alimentos para evitar el ‘efecto rebote’

¿Es posible evitar el ‘efecto rebote’ y conseguir mantener los resultados de la dieta? Por supuesto que sí.

Lo primero y más importante es apostar por una alimentación saludable para obtener grandes beneficios a nivel interior y exterior. Las proteínas de alto valor biológico son esenciales para cuidar los tejidos y las defensas del organismo.

También hay que elegir alimentos ricos en carbohidratos. Aunque se suelen evitar a la hora de adelgazar, son esenciales para tener una buena salud. Ahora bien, hay que saber cuáles elegir. Los mejores son los alimentos con bajo índice glicémico y un gran valor nutricional. Los alimentos ricos en hidratos de carbono que más recomiendan los nutricionistas son: frutas y verduras ricas en fibra, cereales integrales y legumbres.

Sí, las conocidas como grasas ‘buenas’ también deben estar presentes en el plan de alimentación. Ácidos grasos que cuidan la salud cardiovascular como el Omega 3, que se puede encontrar en el salmón, las semillas de chía, el aceite de lino o las sardinas. También son necesarios los ácidos grasos Omega 6 y Omega 9, presentes en los pistachos o en el aceite de oliva.




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