Conseguir que un niño desde muy pequeño hable un idioma diferente al suyo hasta dominarlo es una tarea compleja, pero hermosa. Porque el verdadero bilingüismo implica que sea capaz de comunicarse en una lengua diferente. Y entre sus beneficios, y en un mundo tan globalizado, el hecho de que accedan con fluidez a otra lengua y se relacionen con otras personas de otro país, más allá de lo que les enseñan en los colegios, es toda una ventaja.
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En España, y según los últimos datos del Ministerio de Educación (MEC), ya cerca de la mitad de los niños de Primaria durante el curso 2019/20 recibieron o tuvieron algún tipo de experiencia bilingüe; un tipo de aprendizaje que, sin duda, abre las puertas a los niños a otras culturas diferentes. Pero, ¿y en casa? ¿Cómo pueden los padres continuar esa enseñanza bilingüe para que sea más efectiva si ninguno de los dos progenitores habla un segundo idioma o es nativo?
Se trata, ante todo de una decisión que debe llevarse a cabo antes del nacimiento del bebé, pues una vez que se decide ir hacia delante, el proceso puede ser complicado. Pero ¿merece la pena? ¿Cuáles son los beneficios, y cuál es la mejor forma de hacerlo?
Bilingüismo en los primeros años
Una de las preocupaciones de los padres sobre la crianza de sus hijos en el bilingüismo es que podría causar confusión entre las dos lenguas. Frente a esto: ¿existe alguna evidencia científica de que los niños bilingües se puedan equivocar?
Un estudio publicado por científicos en el National Institutes of Health (NIH) asegura que no. Al parecer, los padres bilingües que hablan con fluidez dos idiomas distintos deciden cuál de ellos utilizar en cada momento y contexto sin confusión alguna. Pero ¿y los niños? La investigación resalta que los niños pueden mezclar palabras; algo muy normal que se denomina “mezcla de código”, un proceso habitual en el desarrollo bilingüe, ya que los pequeños imitan todo lo que escuchan de sus padres.
Otra de las razones que podría explicar cierta confusión al manejar dos lenguas distintas es que los niños bilingües, cuando no saben una palabra, su recurso inmediato es expresarla en el otro idioma, pero esto no es confusión, sino una señal de ingenio y amplitud de vocabulario, e incluso, en el informe garantizan la idea de que los bebés distinguen fácilmente dos idiomas a la vez como el inglés o el francés sin mostrar ninguna evidencia de desconcierto.
La investigación más reciente sobre este tema fue publicada en noviembre de 2019 en Linguïticsociety.org donde se refuerzan las ideas científicas anteriores, y, además, explican que la parte más difícil de todas es asegurarse de que existe un equilibrio en mantener las conversaciones en los dos idiomas, y sobre todo, que no deben interceptar alguno de los dos como más importante que el otro con independencia de la lengua que se maneje en el país que vivan.
Los beneficios de criar a un niño bilingüe son muchos, y, tal como especifican en el informe anterior, algunos de ellos son: la apertura mental, una mente más abierta y tolerante, más oportunidades laborales en un futuro, y su facilidad e interés en aprender otros idiomas. Y es que el hecho de que entren en contacto con otra lengua supone el acceso adicional a recursos en el aprendizaje de un segundo idioma como ver películas, escuchar música, los juegos y cultura en general.
¿Cómo educar a un niño bilingüe?
Aunque existen varias técnicas pedagógicas para criar a un niño en el habla temprana de dos idiomas distintos, y por supuesto, la enseñanza en un colegio bilingüe refuerza la educación en casa, tal y como recogen desde Kidshealth.org, todo se resume en dos perspectivas fundamentales:
- Desde el punto de vista del niño, una pauta es que uno de los progenitores le hable en uno de los idiomas, y el otro- el que domine el segundo idioma- en el otro. O bien, el enfoque de que en casa se hable la lengua que sea la diferente a la que hable en el colegio. Si bien, la idea es no mezclar las dos lenguas, en el caso de que así se produzca no debe ser un problema si ayudamos al niño, corrigiéndole cuando use una palabra que no es la adecuada en el idioma que esté usando.
- Existen infinidad de materiales que pueden ayudar a los niños a aprender una segunda lengua: apps, videojuegos, películas, dibujos animados, música o juguetes electrónicos y el universo infinito de Internet etc., pero el punto más importante es exponer al niño al uso de estas herramientas mediante sus aficiones o intereses favoritos; ya sean programas musicales, los deportes o mediante la creatividad, lo ideal es buscar canales enfocados exclusivamente a ello. Y para los más pequeños, los juegos, las canciones, el envío regular de los niños a escuelas o campamentos de idiomas en verano o con estancias junto a familiares que hablen ese segundo idioma.
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