Cómo la principal compañía energética privada de Argentina reconvirtió en programadores a sus empleados

Cómo la principal compañía energética privada de Argentina reconvirtió en programadores a sus empleados

Las plataformas “no-code” permiten el desarrollo de software sin utilizar tiempo valioso de los programadores profesionales de las áreas de IT. Y, al mismo tiempo generan una participación y estímulo eficaz para potenciar la cultura de la organización.

De esta manera, se busca resolver dos problemas que abundan en el mundo del desarrollo de software. En primer lugar, el enfoque tradicional de programación requiere de mucho tiempo y procesos complicados que requiere conocimiento, vocación y tiempo. Por otro lado, hay una escasez cada vez más grande de recursos humanos de desarrolladores, frente a la demanda en las áreas de creación de software.

La post pandemia y los diferentes modelos de trabajo de tipo híbrido, requieren numerosas soluciones informáticas, muchas de ellas relativamente sencillas que, canalizadas hacia los sectores de IT de las organizaciones complican el flujo de trabajo “core”, pudiendo plantear frustración en el cliente interno.

Por supuesto el gran desafío fue lograr este caso de éxito sin perder de vista los estrictos criterios de seguridad informática que exigen las empresas líderes. Así es como a fines del año 2020 Pan American Energy (PAE), desde el área de IT, con la colaboración de Recursos Humanos, desarrolló el denominado Club de los Programadores sin Código.

PAE es la principal compañía privada de energía del país. Explora y produce petróleo y gas, a la vez que refina y comercializa combustibles, lubricantes y químicos. También tiene una participación en el midstream y en la generación de energía eléctrica a través de energías renovables y tradicionales

Equipo multidisciplinario, liderado por IT

Gustavo Scarafia, Gerente de Gestión de Datos y Desarrollo de Aplicaciones de PAE, explicó que en el proceso se buscó constituir “un equipo conformado principalmente por personas de diferentes áreas, que no pertenezcan al departamento de IT, pero conservando desde nuestra área el rol de liderar y guiar en la búsqueda y selección, conformando un equipo inicial buscando diversidad respecto de los segmentos de negocio y las diferentes funciones de la compañía”.

Tras una búsqueda amplia inicial de plataformas, se eligieron recursos y equipos que evaluaron plataformas en 35 atributos referidos a la operación, gobierno, seguridad, experiencia de usuario, etc. “Quedaron 5 finalistas sobre las cuales se hicieron 2 aplicaciones iguales en cada una de ellas para tener una experiencia concreta y así poder tener mejores elementos para la elección. Finalmente se eligió PowerApps de Microsoft”, detalló Scarafia.

La experiencia fue muy positiva desde todo punto de vista a nivel de mejora en la cultura organización, por lo que el paso siguiente fue extenderla a mayor número de empleados dentro de la compañía. Hoy la comunidad de desarrolladores dentro de PAE creció a 500 personas, involucrando al 10% de los empleados de la compañía. Se están dictando cursos de nivel intermedio, ya se han desarrollado 15 aplicaciones y hay otras 50 en construcción.

Esto derivó en un fortalecimiento de la actividad de IT. Juan Aranguren, Gerente Ejecutivo IT de PAE y máximo responsable del área de sistemas, explicó que “los procesos de digitalización profunda como los que estamos llevando adelante en la empresa ponen niveles de exigencia muy alto en nuestra área. Podemos definir tres roles estratégicos: un rol orquestador, donde vemos las diferentes iniciativas de digitalización, buscamos darle orden, asignar recursos para que se puedan desarrollar y lleguen a buen término; un segundo rol que nos gusta llamar de ingeniería donde en base a las necesidades actuales y futuras conformamos las plataformas de desarrollo y datos y determinamos los cimientos de infraestructura, ciberseguridad y operaciones para que estas plataformas permitan mantener en forma segura y disponibles las capacidades digitales que se vayan construyendo. Y por último un tercer rol y muy importante, acelerador o potenciador, donde buscamos promover el desarrollo de las competencias digitales en toda la compañía”.

En forma complementaria, las aplicaciones alcanzadas por el club de programadores sin códigos han sido múltiples y variadas. “Nuestros noveles programadores -comentó Scarafia- comenzaron desarrollando soluciones sencillas como ser encuestas, aplicaciones para recolección de datos o algunas automatizaciones que al finalizar envían un mail, siempre pensamos que sería así y si pudiera surgir una aplicación más compleja la tomaríamos desde IT como un prototipo para hacer un desarrollo más serio”.

La realidad demostró que se desarrollaron soluciones más complejas y solidas que no fueron necesarias reconvertir. “desde el área de IT le damos todos los elementos para ayudar al crecimiento y expansión de la solución”, reforzó Scarafia.

La guerra por el talento

La guerra por el talento en el rubro IT es mundial. Falta talento digital en todo el planeta y en Argentina está un poco más agravado porque, por situaciones macroeconómicas, actualmente el costo del talento es más económico para otros países.

“La manera de enfrentarla es mediante una propuesta diferente para atraer a las personas a nuestra compañía, que considere el equilibrio personal, el desarrollo profesional y un espacio laboral con buen clima y desafiante en cuanto a proyectos, sin descuidar la competitividad de la propuesta económica en el largo plazo. Esta iniciativa del Club de Programadores Sin Código adicionalmente aporta soluciones a la escasez de talento al considerar como potencial desarrollador a otras personas fuera del departamento de IT. El efecto es indirecto ya que no ha sido el objetivo principal, pero definitivamente colabora”, enfatizó Aranguren.

Por otra parte, mantener viva la llama depende del poder de la comunidad de desarrolladores que se creó en conjunto con la iniciativa, la interacción entre las personas, compartir los aciertos y errores, etc. Para ello, para Aranguren es preciso “continuar con las actividades de capacitación, acompañando el nivel de madurez de los desarrolladores. Es otra forma de mantener vivo el club ya que con mayores capacidades se pueden encarar desafíos cada vez más complejos y eso definitivamente es muy motivante”.


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