Cuando los metales se oxidan, a menudo acumulan corrosión blanca. Este problema es más frecuente en el acero galvanizado o las baterías que han estado inactivas durante un tiempo. Mientras que cubrir el metal, como su cerca de metal, con un recubrimiento de zinc generalmente puede prevenir la corrosión blanca, no todos los metales reciben este recubrimiento. Esta es una manera fácil de limpiar la corrosión blanca de sus metales.
Paso 1: limpieza con vinagre o limón
Puede limpiar metales oxidados sin limpiadores químicos reuniendo algunas cosas que probablemente ya tenga en su hogar.
Vinagre
La mayoría de las personas ya tienen vinagre en sus hogares, ya sea que se utilice para encurtir alimentos o como limpiador ecológico. Esta sustancia puede limpiar la acumulación corrosiva blanca, revelando una superficie metálica limpia. Simplemente limpie la acumulación con un poco de vinagre en una bola de algodón.
Limón
Otra forma de limpiar los residuos es usar limón. El ingrediente clave del limón que lo convierte en un agente limpiador de metales eficaz es el ácido cítrico. Simplemente corte un limón por la mitad y frótelo sobre la superficie corroída. Otra forma de utilizar el limón es exprimir su jugo en un recipiente, colocar una cantidad suficiente en una bola de algodón y frotarlo sobre la superficie metálica.
Si estos trucos no funcionan, continúe con el paso siguiente.
Paso 2: uso de papel de lija
Si la acumulación no se puede eliminar fácilmente con vinagre o limón, use papel de lija de grano fino en el área blanca para aflojarla antes de limpiarla con vinagre o limón.
Paso 3: remojar el metal en una solución de bicarbonato de sodio
Si el uso de papel de lija no funciona, puede remojar el metal en una solución de bicarbonato de sodio. Mezcle bicarbonato de sodio en agua y sumerja el metal dentro de la solución durante al menos 30 minutos. Luego, seque el metal con un paño limpio.
Usar una pasta de bicarbonato de sodio
Alternativamente, puede convertir la solución en una pasta usando menos agua con el bicarbonato de sodio. Aplique la pasta directamente sobre la superficie corroída y déjela secar. Luego, retire la pasta y limpie la superficie con un paño limpio o una toalla de papel.