Por mucha belleza y realce que las persianas agregan a cualquier habitación, y tanta luz solar que dejan entrar o no, definitivamente son difíciles de limpiar. La siguiente es una explicación de cómo limpiar persianas en diferentes circunstancias de “suciedad”.
Cómo limpiar persianas grasosas
- Aluminio – Retire las persianas de las ventanas y límpielas con amoniaco mezclado con agua. También puede colocarlos en un baño caliente mezclado con detergente para lavar platos o limpiar con una mezcla de agua y bicarbonato de sodio.
- Tela – Quite las persianas y colóquelas sobre una toalla. Mezcle una solución de detergente muy suave con agua. Sumerja un cepillo de dientes para bebés en la solución de agua y detergente. Cepille muy suavemente las persianas con el cepillo húmedo. Deberá limpiar el cepillo una vez que esté demasiado grasoso o utilizar uno nuevo. Después de que un lado se seque, déle la vuelta y use el mismo procedimiento.
- Madera: no se recomienda lavar persianas de madera. Aspire y espolvoree con tanta frecuencia como sea posible y trátelos con aceite de limón.
Cómo limpiar persianas sucias y polvorientas
- Aluminio: rocíe las persianas con detergente suave mezclado con agua y luego límpielas con un trapo de algodón limpio o sumérjalas en una tina con líquido para lavar platos y agua caliente. Usa la ducha para enjuagar las persianas.
- Paño: aspírelos con la mayor frecuencia posible y asegúrese de que el cepillo de la aspiradora esté libre de suciedad y polvo.
- Madera – Aspire y quite el polvo tan a menudo como sea posible y trate con aceite de limón.