Cómo limpiar metal galvanizado

Los usos de los metales galvanizados varían enormemente, desde grandes piezas de chapa hasta tornillos pequeños que se utilizan en proyectos de madera. El metal galvanizado es un material especialmente fabricado que brinda protección adicional contra la corrosión y la oxidación, caracterizado por un recubrimiento exterior de óxido de zinc. El zinc actúa tanto como barrera física para el metal como química. Dado que el zinc es más reactivo desde una perspectiva electroquímica, también actúa como un ánodo de sacrificio, lo que significa que atraerá todos los efectos corrosivos sobre sí mismo para evitar el metal debajo.

Si bien la capa protectora es eficaz, puede dejar de serlo y eventualmente dejará de serlo. La limpieza adecuada del metal galvanizado no solo lo mantiene como nuevo, sino que también mantiene la barrera de óxido de zinc fuerte e intacta. A continuación, se indican algunos pasos que se pueden seguir para limpiar eficazmente el metal galvanizado.

Paso 1: enjuague con agua

Antes de lavar el metal galvanizado, simplemente enjuáguelo con una manguera o con agua limpia. Esto eliminará los escombros grandes y la mayoría de las rocas, arena u otras partículas más pequeñas que pueden rayar el metal.

Paso 2 – Lavado con agua caliente

Caliente un galón de agua hasta que alcance un nivel que consideraría caliente, luego mezcle 1/4 de taza de líquido para lavar platos.

Sumerja un cepillo de cerdas suaves en la solución limpiadora y comience a lavar haciendo pequeños círculos con el cepillo. Comience en un borde del metal y continúe hasta el otro lado. Repite este proceso por toda la superficie metálica hasta completar la pieza.

  • Consejo: si sus esfuerzos de limpieza revelan manchas de agua dura en el metal, pruebe con una solución de agua y vinagre blanco destilado. Aplícalo sobre el metal con un paño suave y frota la mancha de agua dura.

Paso 3: neutralice los depósitos alcalinos

Para combatir los depósitos alcalinos que puedan estar presentes en el metal galvanizado, mezcle una solución de 1 parte de talco para bebés y 2 partes de leche. Tome un cepillo de dientes u otro cepillo pequeño y frote la superficie del metal.

Paso 4 – Enjuague a fondo

Una vez que haya lavado el metal, eliminado las manchas de agua viejas y eliminado los depósitos alcalinos, enjuáguelo con agua tibia y limpia. Enjuague bien para que no quede ningún residuo de jabón. Puede ser necesario más de una ronda de enjuague para ser lo suficientemente completo.

Paso 5: secar con un paño suave

Seque completamente el metal con un paño suave. Este es un paso importante, así que no escatime. Repase su trabajo varias veces, usando dos paños si es necesario. Simplemente se esfuerza por eliminar la suciedad y las manchas de agua. Dejar atrás la humedad los invita a regresar.

Paso 6 – Aplicar cera

Cuando se intenta mantener el brillo del metal galvanizado a lo largo de los años, la capa ocasional de cera para pulir o pasta de cera es bienvenida. Aplicar directamente sobre el metal con un paño suave y comenzar a frotar en círculos apretados. Comience en una esquina y trabaje en secciones, completando un área pequeña a la vez.

Deje que el esmalte se seque hasta obtener un acabado transparente y luego pula con otro paño limpio, suave y sin pelusa. Repite el proceso hasta que todo el metal esté pulido.

  • Consejo: la cera y los pulidores también tienen el efecto adicional de hacer que algunos de los arañazos más pequeños en el metal parezcan rellenos o como si hubieran desaparecido por completo.




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