Cómo reciclar un yogur caducado para hacer una mascarilla nutritiva

Tener un yogur caducado (o varios) en la nevera puede ser todo un fastidio, aunque antes de tirarlos siempre debemos observar que realmente ya no se puede consumir (tengamos en cuenta que desde 2014 la fecha en los envases de los yogures no es de caducidad sino de consumo preferente) y en el caso de que así sea, puedes aprovechar para preparar una mascarilla nutritiva para el rostro.

Cómo reciclar un yogur caducado para hacer una mascarilla nutritiva

El reciclaje creativo de algunos alimentos que están demasiado avanzados para ser consumidos, pero que siguen siendo perfectos para nuestros tratamientos de belleza , es una forma que nos permite no tirar ciertos tipos de alimentos y al mismo tiempo finalizar su uso para algo útil.

Evidentemente, debemos tomar algunas precauciones, por ejemplo asegurarnos de que los productos no sean alterados por el moho u otros microorganismos, que podrían crear alergias en contacto con la piel.

Entre los alimentos que podemos encontrar dentro del frigorífico y la despensa el yogur es sin duda, uno de los más susceptibles a acabar caducándose o que se les pase la fecha preferente para su consumo, pero al estar contenidos en frascos cerrados se pueden utilizar después de la fecha de caducidad para nuestras rutinas de belleza. De hecho, podemos utilizarlo, entre otras cosas, para hacer una mascarilla nutritiva , combinado con otros ingredientes que seguramente también tendrás en casa.

En realidad, existen diversas recetas para preparar una mascarilla a base de yogur, todas más o menos adecuadas para determinados tipos de piel. Por ello, si deseas poder hacerte una mascarilla facial casera a partir de esos yogures que ya no te vas a comer, puedes por ejemplo mezclar medio yogur con media cucharada de miel y un poco de harina de avena.

Los beneficios de esta mascarilla radican en las virtudes de sus ingredientes. De hecho, el yogur contiene vitaminas, ácido láctico y zinc, muy útiles para embellecer la piel, mientras que la miel y la avena son conocidas respectivamente por tener propiedades emolientes, antioxidantes y eliminar el exceso de sebo.

Mezclamos todos los ingredientes en un bol pequeño, vertiendo la avena al final y luego aplicamos sobre el rostro limpio con movimientos circulares. De esta forma ayudamos a la acción ligeramente exfoliante de la avena pero también nos aseguramos de que los nutrientes penetren mejor

Después de dejar la mascarilla durante aproximadamente un cuarto de hora, te lavas la cara con agua tibia. Esta solución es muy delicada, sin embargo si tenemos la piel sensible y sentimos que nos pica o vemos rojeces, tenemos que aclarar inmediatamente.

El último paso, después de lavar la mascarilla, será pasar un tónico hidratante en el rostro con un algodón. Para una piel perfecta dejamos el producto en la nevera y lo aplicamos frío, con el fin de cerrar los poros y dar un aspecto fresco y joven a la epidermis.




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