El pasado miércoles fue un día grande en la centenaria historia del Athletic. Medio siglo después de aquel primer entrenamiento de los leones en Lezama del 27 de enero de 1971, el club rojiblanco sigue fiel a sus principios y presume de ser uno de los tres de LaLiga que siempre han militado en Primera. Lo del Barcelona y Real Madrid, los otros dos grandes supervivientes, poco o nada tiene que ver.
Cada cual, en cualquier caso, elige su propio modelo. No todo el mundo se adapta al mismo patrón. El del Athletic, se mire por donde se mire, resulta más complicado de llevar a la práctica; pero donde unos ven debilidad, otros hablan de fortaleza. Nadie podrá decir, en cualquier caso, que al club rojiblanco le ha ido mal con su particular filosofía.
Poco o nada se parece aquel Lezama de 1971 al actual. Ni a nivel de instalaciones, ni a nivel de equipos, ni a nivel humano. La ilusión de todos aquellos txikis y jóvenes que llegan hasta allí con el sueño de convertirse en leones, eso sí, se mantiene imperturbable. Sueño que se extiende además al ámbito femenino, puesto que ahora, a diferencia de entonces, el Athletic sí tiene su propia sección femenina.
Con cantera y afición, no hace falta importación. Lezama es el pilar básico para que el centenario club rojiblanco perpetue su mítica y emblemática leyenda. Siempre se ha trabajado bien en la fábrica del Athletic. Unas veces mejor que otras, pero siempre, se diga lo que se diga, con nota alta. Las personas pasan, las instituciones permanecen.
Que nadie, por tanto, se quiera atribuir méritos que no le corresponden. Este ha sido, es y será un trabajo de muchos años y de muchos profesionales. Lezama, la cantera del Athletic. Casi nada
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