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Con Corrales y sin Sagosen, España semifinalista

Rodrigo Corrales celebra una parada contra Noruega.Petr David Josek / POOL / EFE

Primero con un balonmano sinfónico y luego justa de luz, España escaló hasta las semifinales del Mundial, una cota que se le resistía desde 2015 en un torneo que últimamente le ha sido esquivo. Todo le resultó más sencillo gracias a la portentosa actuación bajo palos de Rodrigo Corrales y la lesión del genio noruego, Sander Sagosen, que se retiró lesionado en el minuto 22 y ya solo regresó de forma fugaz en la segunda mitad. No se rindieron los suyos, que remaron como buenos vikingos hasta la orilla e hicieron dudar a la selección tras el descanso, pero para casi todo tuvo respuesta el guardameta gallego: 19 intervenciones y un 44% de acierto.

Cuando España se desplegó de maravilla y cuando se atascó a la vuelta de los vestuarios, siempre estuvo el portero del Veszprem, que se estiró con todas las acrobacias posibles. Si Jordi Ribera no sabe todavía qué será de los Hispanos cuando emprenda la obligada renovación generacional tras los Juegos, la portería resultará una buena palanca. Corrales, Pérez de Vargas, dos amigos desde juveniles, tanto monta, monta tanto. Y en la otra costa, para apuntillar a Noruega aparecieron Álex Dujshebaev (ocho dianas) y Rubén Marchán (seis sin fallo), otros dos pilares sobre los que construir el futuro. El primogénito de una saga única y el novato del grupo que no deja de sacar la cabeza.

La selección se las verá este viernes (20.30, Tdp) por un puesto en la final ante Dinamarca, la vigente campeona, que derrotó a Egipto en un desenlace dramático, resuelto en la tanda de penaltis tras dos prórrogas que acabaron con dos jugadores expulsados (el danés Mikkel Hansen y el egipcio Elmasry) por sendas acciones de sabotaje cuando sus equipos ya tenían el partido ganado y se dedicaron a perder tiempo. Una locura absoluta.

El efecto Marchán

Antes de que el físico quebrara a Sagosen, fue Rodrigo Corrales quien lo frenó. Con el gallego en la portería, España empezó pronto marcando territorio. En los diez primeros minutos, ya le había detenido cuatro balones a su excompañero en el PSG, que solo anotó uno de sus cinco primeros lanzamientos. El guardameta le ponía el lazo a una defensa centrada mientras en el otro lado de la pista el pivote Marchán despejaba los caminos.

Él es el último en llegar al equipo, sin pasado además en las categorías inferiores de la selección, y a los escandinavos los volvió locos, sobre todo en la primera mitad. Por lo que generó de forma directa (cuatro tantos sin fallo hasta el descanso, más un penalti y una exclusión forzadas) y por las dudas que les metió en el cuerpo. Mediado el primer acto y obsesionada en coser ese roto, la zaga noruega se cerró sobre él y entonces España empezó a castigar desde fuera. El moño samurái de Maqueda, más alicaído hasta ahora que en el último Europeo, soltó con alegría el brazo izquierdo y a la tarea se sumó Álex Dujshebaev. Ya sin Sagosen en pista, el balonmano de la selección se desplegaba a sus anchas. Los 21 goles hasta el paso por los vestuarios definían la gran actuación de los muchachos de Jordi Ribera.

Pero de la luz se pasó al apagón. Tras el intermedio, el equipo afinado mutó en un conjunto atascado. Seis minutos y medio le costó estrenarse en ataque. Apenas cuatro tantos en 15 minutos. Noruega apretaba y corría a la menor oportunidad, pero de nuevo Corrales mantuvo en pie el andamio. Otra ráfaga sensacional de intervenciones frenó la crecida nórdica. En la faena siguió Marchán, con dos goles en un momento delicado, y se sumó a lo grande Álex Dujshebaev, que dejó otra actuación clave, de nuevo cuando más calentaba el sol. Los escandinavos fueron con todo, recuperaron a la desesperada a Sagosen a falta de 13 minutos y con 26-22, pero su aparición fue un quiero y no puedo. Los dolores en un costado le devolvieron definitivamente a la banda. Los suyos, desfondados, continuaron en el empeño, aunque el duelo ya no tenía marcha atrás. Otra vez España en semifinales, otra vez encontrando los caminos con más o menos luz.

España, 31-Noruega, 26

España: Corrales; Solé (3, 2p), Á. Dujshebaev (8), R. Entrerríos (1), Cañellas (1), Á. Fernández (3) y Marchán (6) -equipo inicial- P. de Vargas (ps), A. Gómez (1), Maqueda (4), Sarmiento (1), D. Dujshebaev (3), Ariño (-), Figueras (-), G. Guardiola (-) y Morros (-).

Noruega: Bergerud; Bjornsen (-), Reinkind (-), Overby (3), O’Sullivan (3), Sagosen (4, 1p) y Jondal (6) -equipo inicial- Saeveras (ps), Myrhol (2), Tonnesen (-), Johannessen (4), Tangen (1), Pettersen (-), Solstad (-), Gulliksen (-) y Blonz (3p)

Marcador cada cinco minutos: 3-2, 6-5, 9-7, 12-8, 16-11 y 21-15 (Descanso); 21-17, 23-20, 26-22, 27-23, 28-24 y 31-26 (Final)

Árbitros: Nachevski y Nikolov. Dos minutos a Maqueda (2), Gedeón Guardiola, Overby, Reinkind y Solstad.

Pabellón de Nueva Capital. A puerta cerrada.

La fase final del campeonato

Cuartos. Dinamarca, 39-Egipto, 38. Francia, 35-Hungría, 32. Suecia, 35-Catar, 23. España, 31-Noruega, 26.

Enfrentamientos de semifinales (viernes). España-Dinamarca (20.30). Francia-Suecia (17.30). Tdp.

Tercer y cuarto puesto. Domingo. 14.30.

Final. Domingo. 17.30.


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