El fútbol ya está aquí. Anoeta volverá a acoger el domingo un partido de competición oficial, si bien la Liga se habrá reanudado este jueves con el Sevilla-Betis del Pizjuán. Con el encuentro ante Osasuna comenzará para la Real un apasionante sprint final de 11 choques en 36 días, un trayecto que necesariamente debe conducirle a Europa para coronar con éxito el fantástico trabajo realizado hasta que la crisis sanitaria detuvo abruptamente el campeonato.
Los de Imanol afrontarán seis partidos en casa y cinco fuera frente a adversarios de perfiles variopintos, de todo tipo y condición. Por Anoeta desfilarán, sin ir más lejos, la noche y el día, encarnados en el Madrid que pelea por el título y el Espanyol que afronta una titánica misión por no descender, misma tarea en la que está enfrascado el Celta. Habrá partidos, en casa y fuera, ante rivales directos por Europa como Atlético, Sevilla, Getafe y Villarreal, y otros frente a conjuntos que, a priori, tienen los deberes más encaminados como Alavés, Granada, Levante o el propio Osasuna.
Se enfrentan a lo desconocido
Por encima de las características de los rivales, los 11 partidos que comienzan el domingo para la Real tienen en común el hecho de enfrentarse a lo desconocido. Por un lado, el hecho de actuar en estadios vacíos, sin público, reducirá a la mínima expresión el factor campo, la teórica ventaja de jugar como local. Los futbolistas tendrán que actuar más concentrados, si cabe, al no contar con la ayuda del ruido ambiental. Y por otro, los equipos y sus entrenadores deberán gestionar con acierto la nunca vivida situación de tener que jugar cada tres días durante un período de cinco semanas.
La única ventaja a estas alturas es que todos parten de cero, que no habrá desigualdades en ese sentido. Todos los equipos han tenido el mismo tiempo para prepararse y, sobre todo, en la mayoría de plantillas se han podido recuperar los futbolistas que padecían lesiones de no demasiada gravedad a mediados de marzo. Salvo, paradójicamente, Osasuna, el primer rival de la Real, que afronta la última semana de preparación con la lesión de Chimy
Avila y las dudas de Hererra, Mérida, Robert
Ibáñez, Kike
Barja, Moncayola y Roncaglia, la mayoría de los rivales de los txuri urdin tienen a sus plantillas en perfecto estado de revista. Imanol también tiene a su escuadrón en condiciones, a expensas de si Guevara llega al inicio liguero.
La profundidad del plantel se antoja, además, decisiva, en estas próximas cinco semanas de competición ya que los técnicos tendrán que rotar mucho para alcanzar el éxito. Si la Real repite las seis victorias logradas en este tramo de la primera vuelta (Alavés, Celta, Espanyol, Granada y Atlético) se iría hasta los 64 puntos que harán falta para clasificarse para la Champions League. Una batalla a cara de perro en 36 días sin tregua.
