La Real se juega el jueves en Nápoles su futuro en la Europa League. El desafío es tan imponente como excitante. Tan peliagudo como arrebatador. Y para afrontarlo el conjunto txuri urdin introducirá el miércoles en el equipaje que desplace a tierras partenopeas sus mejores galas. Ésas que le han convertido no sólo en uno de los visitantes más elegantes de la categoría sino en uno de los más voraces. Cualidades necesarias, y seguramente alguna más, para tratar de salir de la final que se librará en el Diego Armando Maradona con el billete para los dieciseisavos de final de la Europa League en la mano.
La Real apela a la espectacular racha que atraviesa lejos de Aneota para, cuanto menos, sumar frente a los de Gattuso ese empate que pueda servirle en caso de que el AZ Alkmaar no gane en Croacia. No hay motivos para no creer en que no se pueda lograr un resultado positivo si atendemos a la tarjeta de presentación con la que la escuadra txuri urdin llegará al ya antiguo San Paolo.
Los de Imanol no pierden un partido fuera de casa desde el terrible arranque liguero tras el confinamiento que, en dos partidos horribles, le llevó a perder de forma consecutiva en Mendizorroza (2-0) y en el campo del Getafe (2-1). La bisoña derrota frente a los de Bordalás supuso un punto de inflexión, no sólo en la pasada temporada que desembocó en la conquista del sexto puesto en la última jornada, sino en un contexto más global. Han pasado casi seis meses y la Real no ha vuelto a perder fuera de casa. Sólo cedió en este tiempo en Anoeta.Frente al Granada en el pasado curso y ante Valencia y Nápoles en el actual.
Ante todo tipo de rivales
La Real encadena 11 partidos consecutivos sin perder como visitante en los que, amén de sumar seis victorias y cinco empates y de haber dejado algunas actuaciones memorables, sobre todo esta temporada, como ante el Betis o el Celta, se ha enfrentado a equipos de diferentes registros. Desde los mencionados verdiblancos o gallegos, hasta potentes escuadras como el Atlético o el Villarreal, pasando por recién ascendidos como Elche o Cádiz y equipos de más incierto perfil como los europeos. Continuar esa dinámica de buenos resultados pasado mañana es una premisa innegociable para aspirar a pasar de ronda ya que, de lo contrario, una derrota dejará a la Real a expensas de que el Rijeka derrote al AZ. Algo posible pero improbable.
Si algún equipo parece capacitado para conquistar un escenario como el estadio del Nápoles es esta Real, inmersa en la segunda mejor racha fuera de casa de la historia del club. Sólo los 14 partidos, 11 de Liga y tres de Copa, que el equipo de Alberto
Ormaetxea se mantuvo sin perder entre septiembre de 1979 y febrero de 1980 superan la trayectoria de esta Real que firma mejores registros que la de otros históricos equipos del club. En la 02/03, sin ir más lejos, después de estar toda la primera vuelta sin perder, la Real de Denoueix llegó a encadenar 10 partidos oficiales sin derrota, todos en Liga, eso sí.
La actual Real lleva seis meses encadenando triunfos y empates en Liga y Europa League, allá por donde va, desde hace seis meses. La cita del jueves al sur de Italia (18.55 h.) no sólo le exigirá mantener ese nivel sino que, probablemente, deba elevarlo. Hablamos de una final en toda regla, como la que jugó en el Metropolitano para lograr el pase a la Europa League. No hay motivos para creer en no repetir gesta.
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