El Athletic Club se llevó la final de la Supercopa de España ante el Barça confirmando que ha recuperado la sonrisa tras la llegada de Marcelino García Toral. El entrenador asturiano ha sido un soplo de aire fresco cuando apenas lleva dos semanas en el club. Su presencia en el banquillo ha sido una inyección de moral para una plantilla que, aunque estaba bien armada por Gaizka Garitano, necesitaba tener la sensación de que podía ganar a cualquiera.
Aritz Aduriz, principal estrella de los ‘leones’ en la última década, ya lo dijo a pocas horas de la final en La Cartuja: “El equipo está muy, muy bien, muy enchufado, se le ve con una confianza muy grande, haciendo las cosas muy bien, sabiendo lo que el nuevo míster les está pidiendo y con las ideas claras. Y eso se transmite en el campo”. Palabra de un crack que fue invitado por el propio Marcelino para que hoy estuviera junto a sus excompañeros. Todo un acierto por lo que supuso de motivación extra para los suyos.
El aficionado rojiblanco está muy tranquilo porque ya se nota que las ideas del míster están empezando a calar en los jugadores. Que sirva como ejemplo la ‘resurrección’ de Raúl García, autor de los dos goles en la semifinal ante el Real Madrid y de otro, esta noche, anulado por el tiralíneas del VAR. O la de Villalibre, letal saliendo desde el banquillo, por no hablar de Williams (¡qué golazo el suyo!), del ‘míster asistencias’ Muniain…
“Estamos intentado inculcar una idea. No soy un mago, aprovechando el trabajo anterior, y que la idea de juego prevalezca sobre el resultado. Si somos capaces de competir al mismo nivel y considerar el resultado como algo secundario seremos un gran equipo”, explicó Marcelino hace pocos días. Lo está consiguiendo. La tormenta Filomena le echó una mano, aplazando el partido ante el Atlético, y pudo preparar sin tanta premura el choque frente al Real Madrid. Se comprobó que los entrenamientos de ‘regalo’ le vinieron como agua de mayo.
El dinamismo con el que el Athletic hace circular el balón, propiciando transiciones rápidas y que los jugadores den los menos toques posibles para favorecer el fútbol vertical, es una de las primeras señas de identidad que el asturiano ha empezado a plasmar. Eso y no darse nunca por vencido. Ante el Barça por dos veces estuvo por detrás en el marcador y dos veces empató hasta ponerse por delante en la prórroga, en la que ya no se dejó sorprender más.
El ‘factor Marcelino’ está en pleno apogeo. Por exagerar, llega hasta la liga australiana, donde el Macarthur de Markel Susaeta y Beñat
Etxeberria se situó hoy como líder en solitario.
La próxima parada del Athletic Club, este jueves en Ibiza en partido de Copa del Rey. La siguiente, el próximo lunes en San Mamés frente al Getafe, ya en encuentro de Liga.
No teman, no sufran. Con Marcelino han quedado atrás las penurias. Con Marcelino, pan y vino.
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